Laura Campos, la única deportista extremeña presente en los Juegos Olímpicos de Atenas, regresó ayer a Extremadura. La gimnasta calamonteña fue recibida en la estación de autobuses de la capital autonómica en loor de multitudes minutos después de la una de la tarde.

Las amigas de su Calamonte natal se desplazaron a Mérida en un autocar. Además, contaron con el refuerzo de sus amigas y excompañeras de la Escuela Municipal de Gimnasia de Mérida. Unas y otras portaban pancartas y coreaban su nombre nada más verla descender del autobús de AutoRes.

Su madre, Manoli Prieto, y su entrenadora en Mérida, Chelo Llera, fueron de las primeras en felicitarla, junto a José Luis Lucas, de la Dirección General de Deportes de la Junta de Extremadura. Minutos después, pese al cansancio acumulado, que su rostro no podía nunca disimular, Laura Campos tuvo tiempo para atender a los medios de comunicación.

Con ganas

La gimnasta reconoció que "tenía unas ganas increíbles de volver a casa y descansar, pues estoy un poco cansada, porque pasé los dos últimos días de viaje... pero, ante este recibimiento, no puedo ni quejarme, la verdad".

Con el paso de los años la calamonteña admite que "no se me olvidará la Villa Olímpica, el gimnasio, las compañeras... ¡Todo!. La verdad es que todo ha sido increíble e impresionante", añade.

El próximo objetivo de Laura Campos es estar presente en el Mundial a celebrar el próximo año en Australia. Antes, la olímpica extremeña disfrutará de una quincena de vacaciones durante la que "iré al Jerte con Chelo Llera, estaré con mis padres, iré al pueblo de mi abuela y de mis primos, a Barcelona... intentaré ver a toda la familia", señalaba Laura.