Joseph Blatter volvió hoy a hacer un alarde de su carácter ganador al ser reelegido por aclamación presidente de FIFA, a los 71 años y sin oposición alguna, para iniciar su tercer mandato como octavo dirigente en los 102 años de historia de esta Federación Internacional.

Visiblemente emocionado, Blatter agradeció la confianza depositada en él hasta 2011 por las 207 asociaciones presentes en el 57 Congreso de FIFA, que desde hoy asume el nuevo lema "Por el juego. Por el mundo", ante el convencimiento de la responsabilidad social de este deporte "para desarrollar el juego y construir un mundo mejor".

Diplomático, envidiable relaciones públicas capaz de hablar en cinco idiomas y gran amante del deporte y del fútbol, Blatter asume una nueva responsabilidad con la seguridad de que su trabajo en la Federación Internacional, a la que está vinculado desde 1975, todavía no ha terminado. Blatter encara una nueva era más arropado que nunca, sin la oposición encontrada en sus anteriores elecciones. Sobre todo la de 2002 en Seúl, donde cuatro de sus vicepresidentes y su secretario general trataron de arrebatarle el poder.

Entonces, y con una importante oposición en contra, Blatter, delfín de Joao Havelange, -presidente de la FIFA durante 24 años-, conservó la presidencia con un gran respaldo. Su proyecto derrotó al del camerunés Issa Hayatou, de igual forma que lo hizo antes en 1998 cuando Lennart Johansson compitió con él por la presidencia.

Hoy, el "viejo" coronel del ejército suizo se dio un auténtico "paseo militar" entre su querida familia del fútbol, pese a lo cual aún debe tratar de cicatrizar algunas fracturas. La más reciente, la de varios países de Sudamérica tras la prohibición de jugar partidos por encima de los 2.500 metros de altitud, y otra más antigua originada por los clubes en demanda de una indemnización por la cesión de sus jugadores a las selecciones.

Pero su pícara sonrisa, que le llevó a hacer de las relaciones públicas su primera profesión, le ha permitido salir airoso de muchas batallas y sacar adelante proyectos como su famoso calendario unificado y competiciones cuestionadas como el Mundial de Clubes y la Copa de las Confederaciones.

En la guerra con los clubes ahora cuenta con la alianza de la UEFA presidida por su fiel Michel Platini, que en su primer semestre de presidencia ha pedido al G-14 que se disuelva. Entre sus otros retos Blatter incluye hoy la celebración de la primera Copa del Mundo en África -Sudáfrica'2010-, y su compromiso para hacer realidad el 6+5 en las plantillas para garantizar el futuro de las canteras y las selecciones.