La fuerza y unidad del bloque anglosajón decidió la elección de ayer en Singapur. El grueso de votos que había apoyado a Nueva York hasta su eliminación emigró en masa a la candidatura de Londres y provocó, de rebote, la eliminación de Madrid en la tercera ronda, en la que le faltaron sólo dos votos para, al menos, forzar un desempate con París. Hubiera tenido así la oportunidad de entrar en la ronda final y jugarse la designación a una carta con la ciudad inglesa.

La elección comenzó con una enorme igualdad entre las cinco aspirantes, ya que entre la líder, Londres, con 22 votos, y la primera eliminada, Moscú, sólo hubo 7 apoyos de diferencia. En la segunda vuelta, Madrid recogió la mayoría de los sufragios de Moscú y se situó en primera posición, con 32 votos. París con 25, seguía en puestos secundarios, y Nueva York se quedó fuera, con 16 sufragios. En la tercera ronda, al menos 12 de esos votos fueron a parar a Londres, mientras que Madrid perdía uno por un error del griego Lambis Nikolau, que se demoró demasiado. La candidatura española quedó fuera al no producirse ningún trasvase del mundo anglosajón, ni siquiera los votos teóricamente gestionados por el israelí afincado en EEUU Alex Gilady, que había prometido su segunda opción de voto a España.

"Me he llevado una auténtica sorpresa al ver que de los 16 votos de Nueva York no hayamos recuperado ninguno. Es lo que más me ha sorprendido", dijo Juan Antonio Samaranch, expresidente del COI y colaborador de la candidatura madrileña.

POSIBILIDADES "Hemos quedado a dos votos de la final, y ahí sí que teníamos muchas posibilidades", dijo. En una hipotética final con Londres, Madrid tenía serias opciones de haber ganado, ya que los votos de París podrían haber fluido hacia el bando español, dada la rivalidad que han mantenido con Londres.