Hay esperanzas en el Cáceres Patrimonio de la Humanidad dentro de su aciago arranque de temporada. Tan extraña es la situación que la derrota de Oviedo el martes (88-78, la cuarta en otros tantos partidos desde que arrancó la LEB Oro) que Ñete Bohigas, el entrenador del equipo extremeño, se marchó con una sensación positiva. O casi.

Su equipo, argumentó, dio otra cara respecto al histórico 50-113 del viernes ante el Cafés Candelas Breogán. «Después de perder como se hizo, necesitábamos mejorar y lo hemos hecho. Todavía estamos en construcción», argumentó varias veces.

Bohigas diferenció claramente entre la primera parte y la segunda. «Hemos ganado los dos últimos cuartos y hemos estado a mejor nivel. Hay que tener paciencia. Hasta el descanso, éramos incapaces de encestar, aunque tirásemos solos», declaró.

LOS INTERIORES / No pasó por alto otra vez lo que llamó «nuestras propias carencias». No dio nombres, pero buena parte de los problemas en Oviedo vinieron después de que Sandi Marcius se cargase pronto de faltas y que Zygimantas Riuaka y Nathan Nathanaelsson tuviesen una actuación poco relevante. Especialmente preocupa el lituano, de quien se esperaba más. Sergio Pérez, de 37 años, está teniendo que jugar más de lo previsto (casi 29 minutos por partido, más que nadie en la plantilla).

«Hemos dado pasos adelante. Me voy con sensaciones mejores. Este tipo de rachas como la que tenemos ahora no se resuelven de la noche a la mañana. Estamos poniendo piedras. Lo que tengo ahora son ganas de entrenar y seguir mejorando. Lo de bajar la cabeza ya lo hicimos el día del Breogán», apostilló Bohigas.

No tiene el Cáceres mucho tiempo para preparar la próxima cita, la que podría suponer su primera victoria de la temporada o bien el rotundo 0-5. El Prat visita el pabellón Multiusos mañana (21.00 horas) instalado en la zona alta de la clasificación (tres triunfos y una derrota, la del martes ante el San Pablo Burgos por 65-73). A los jóvenes valores que cultiva el Joventut se unen veteranos como Alex Piru Ros, Xavi Forcada y Pep Ortega.

El Cáceres descansó por la mañana tras el largo viaje desde Oviedo y por la tarde volvía a estar en la cancha. De momento, el mensaje que está lanzando el club es de tranquilidad, poniendo de relieve que resulta imposible reforzar la plantilla por cuestiones presupuestarias. Además, la directiva ha expresado a nivel privado su apoyo al entrenador, consciente de que ha tenido que configurar una plantilla más barata que la pasada campaña.