El estratosférico récord del mundo de 100 metros batido la noche del domingo por el jamaicano Usain Bolt en los Mundiales de Berlín (9.58 segundos) ha vuelto a poner patas arriba todas las teorías sobre los límites físicos del ser humano. De una tacada, El Relámpago de Trewlany rebajó en 11 centésimas de segundo su propio tope mundial de hace justamente un año en los Juegos Olímpicos de Pekín, con un impresionante esprint que llegó a una velocidad punta de 44,72 kilómetros por hora y a una media de 37,58 km/h. Suficiente para que, en muchos barrios de Barcelona, hubiera hecho saltar el control de los límites de velocidad.

Pero si los 9.58 de Bolt fueron un paso más para el velocista jamaicano, para la humanidad fue un paso de gigante, como reflejaron ayer prácticamente las portadas de los periódicos del todo el mundo. Y es que el auténtico récord del siglo XXII del joven portento del atletismo vuelve a poner en solfa la eterna pregunta: ¿dónde están los límites humanos?

Los estudios al respecto abundan, y muchas universidades y trabajos han lanzado elaboradas prospecciones que marcan las teóricas fronteras de las posibilidades humanas. Una universidad canadiense asegura que el hombre no podrá bajar nunca de 9.37 segundos en los 100 metros. El estudio del doctor japonés Tatsuo Tabata habla de 9.45. Tabata, sin embargo, decía que los 9.69 no se alcanzarían hasta el 2030 (Bolt lo hizo el año pasado) y que no se bajaría de 9.60 hasta el año 2100 (Bolt lo hizo en pleno 2009). El biomecánico Gideon B. Ariel, en un sesudo informe, asegura que el límite del cuerpo humano está situado en los 9.60. Correr más rápido, según él, pone en serio peligro el correcto estado de los huesos y los tendones. Bolt acabó el domingo en perfectas condiciones, sin aparentes dolencias de este tipo. Finalmente, un estudio llevado a cabo con estudiadas secuencias y ecuaciones lógicas sitúa el límite de la velocidad humana en los 9.48 segundos, dentro de un poco más de tiempo, en el año... 2162.

Pero qué dicen los protagonistas. El propio Usain Bolt fue claro tras la carrera: "Yo creo que se puede correr en 9.4. Quizá ahí estará el límite, pero no lo sé. Aquí en Berlín no buscaba el récord. Solo quería correr rápido para ejecutar bien mi trabajo porque sabía que iba a ser una carrera dura". Y lo fue. El estadounidense Tyson Gay, que defendía el título del 2007, empujó a Bolt hasta el último metro y el premio fue el récord de EEUU con la tercera mejor marca de toda la historia: 9.71. "Ya había dicho que se podía correr en 9.5. Estoy feliz de que lo haya hecho Usain, que así ha demostrado que se pueden llevar los límites humanos a un nivel más alto", aseguró Gay.

Impresionados

La exploración de límites de Bolt impresionó también a los atletas españoles. "Es un bicharraco espectacular. Con ese hombre viviremos grandes momentos en el atletismo", aseguró el marchador Paquillo Fernández, que en un momento dado llegó a tener el récord del mundo de los 20 kilómetros marcha. "Con él, la velocidad todavía no ha llegado a su límite".

La saltadora de altura Ruth Beitia, que está a siete centímetros de superar un récord mundial que ya tiene 22 años de antigüedad, no escatimó elogios para él: "Es impresionante, se come el mundo: no ha llegado al límite para nada".