Les doy un par de datos de aproximación: el presidente del Cáceres lleva, en lo que va de temporada, 100 euros en gastos de representación; el gerente tiene un sueldo de unos 1.200 euros (sobre 200.000 pesetas). Estas cifras las han manejado Felipe Vela, un auditor reputado, y sus colaboradores al mirar las cuentas del club. La plantilla se lleva el 90 por cien del presupuesto. Con ello no voy a excusar a los actuales regentes del club, pero sí creo que la limpieza en su gestión queda fuera de toda duda y que ellos están ahí por que el baloncesto continue siendo un referente de la ciudad. De momento, no se van, pero han estado a punto de marcharse. El que lo tiene difícil es el alcalde: ¿Qué hacer con Vela? ¿Delegará, como se le ha pedido, en otro concejal, Andrés Nevado quizá? El problema del Cáceres es, políticamente, una bomba de relojería.

*Periodista