La derrota ante Grecia (0-1) y el empate en Irlanda del Norte (0-0) han dejado a España al borde del abismo, en una situación más que difícil que no vivía desde hace bastante tiempo.

Cuando todo se encaminaba a que después de esta semana y media la clasificación estuviera en el bolsillo del equipo de Iñaki Sáez, la situación ha dado un giro de 180 grados: está a merced de Grecia e incluso tendrá que pelear para mantener el segundo puesto que da derecho a jugar la repesca. Los griegos se han hecho con el mando del grupo 6 y tienen todo a favor para clasificarse directamente para la tercera fase final en una gran competición. Les queda visitar a Armenia y recibir a Irlanda del Norte.

Mientras tanto, España debe asegurar en septiembre al menos el segundo puesto ante Ucrania, a la vez que espera un pinchazo de Grecia en Armenia, donde acabarán esta fase previa los pupilos de Sáez.

La selección nacional ha sido incapaz de marcar un gol en 180 minutos y ese ha sido su principal lastre. No le ocurría esto desde noviembre de 1999, si bien eran partidos amistosos y ante rivales tan importantes como Brasil (0-0) y Argentina (0-2).

MUCHAS DUDAS

España, que no falla a un gran torneo desde la Eurocopa de Suecia-92, no sufría un trance similar desde hace tiempo. Las últimas fases clasificatorias fueron caminos relativamente sencillos y la última vez que realmente tuvo que ir a remolque fue en la previa del Mundial de Estados Unidos´94, pero ahí reaccionó a tiempo y, tras ganar el partido clave en Dublín a Irlanda (1-3) obtuvo su pase en el encuentro final, en Sevilla, ante Dinamarca, con el recordado gol de Fernando Hierro en inferioridad numérica por la expulsión de Zubizarreta.

Ahora tiene mucho menos margen. Quedan tan sólo dos encuentros y no es descabellado pensar en que la repesca está casi más cerca que el primer puesto, porque Grecia ha encontrado la regularidad que llevaba buscando desde hace mucho tiempo.

Sáez confía en que el septiembre, con los jugadores en mejores condiciones físicas y psicológicas que a estas alturas de la temporada, se recupere la chispa en la faceta ofensiva y con esa frescura se pueda solventar la visita de los ucranianos, que también aspiran al segundo puesto, y no caer en el abismo de la eliminación directa. Ahora mismo, la repesca es el mal menor, pero un auténtico peligro, y si no que se lo digan a los ucranianos, que ha sucumbido a estas eliminatorias a vida o muerte en las últimas ocasiones.

Además, echar un vistazo a los equipos que son segundos en los respectivos grupos es como para echarse a temblar seriamente: Eslovenia, Noruega, Holanda, Hungría, Islandia, Inglaterra, Croacia, Italia e Irlanda.

TRISTEZA

Fue un empate con sabor a derrota, como así atestiguaban tras el partido los rostros de tristeza, aunque el capitán Raúl González no tenía más remedio que mandar un mensaje de buscar la reacción y mantener la esperanza matemática.

La expedición, presidida por Angel María Villar, máximo mandatario de la RFEF, y por Juan Antonio Gómez Angulo, secretario de Estado para el Deporte, regresó con el miedo en el cuerpo a caer al abismo.

Los internacionales, acompañados por los componentes de la selección sub-21, llegaron al aeropuerto de Barajas alrededor de las 5.00 de la madrugada con el lógico cansancio y se citaron para septiembre en la próxima y trascendental cita ante Ucrania.

Atrás quedaron diez días de concentración salpicados por dos resultados tan adversos que, en vez de firmar la presencia de Portugal 2004, pocos olvidarán.

Afortunadamente para casi todos, el calendario de este mes de junio obliga al reciclaje mental para afrontar un final de Liga apasionante con el título, la Liga de Campeones y la Copa de la UEFA en juego.

Los periódicos españoles y europeos criticaron abiertamente el juego de la selección española y pusieron en cuestión las ideas de Iñaki Sáez.