Lo que el estadio le dio en los Juegos Olímpicos de Sydney del año 2000, el estadio se lo quitó ayer en los Mundiales de Helsinki. Fue en las puertas del recinto, casi bajo el mismo túnel, donde María Vasco fue superada por la portuguesa Susana Feitor y donde la marchadora catalana se quedó sin la medalla de bronce que sí había obtenido en Sydney, lugar en el que se convirtió en la primera mujer atleta española en acceder al podio en unos Juegos Olímpicos.

Como hace cinco años, la prueba de los 20 kilómetros marcha fue una carrera por eliminación. Vasco logró su bronce olímpico al enterarse, tras su entrada en el estadio, de que habían descalificado a la atleta local Jane Saville. Ayer se quedó sin él a pesar de que por delante suyo se produjo también una auténtica escabechina de eliminaciones que la dejaron en cuarta posición a falta de cuatro kilómetros. Uno después superó a la italiana Elisa Rigaudo y accedió a ese tercer puesto momentáneo que la hizo soñar despierta con otro éxito.

DOS AVISOS Pero la propia Vasco marchaba con la losa encima de dos avisos de descalificación. Fue por eso que, cuando se vio acosada por Feitor, que sólo llevaba un aviso, Vasco no pudo hacer nada por intentar seguirla y materializar una nueva gesta, además de ampliar las dos medallas con que la marcha española abrió el sábado el Mundial: la plata de Paquillo Fernández y el bronce de Juan Manuel Molina.

Lo peor fue que la pequeña marchadora catalana no pudo luchar por el podio. "Me han sobrado fuerzas, pero me las he tenido que guardar", se lamentó, con los ojos humedecidos, María Vasco. Lo mejor fue que supo mantener la serenidad y la "cabeza fría" necesaria para no perder los papeles y jugárselo todo a una carta. "Es mejor quedar cuarta que acabar descalificada", aseguró Vasco.

"Me sabe mal, porque éste era el año de la medalla", lamentó, sin embargo, la española, que demostró hallarse en una gran forma al acabar cuarta en una hora, 28 minutos y 51 segundos, a apenas un minuto de su mejor marca de siempre. Por delante de ella llegó Feitor (1.28.44), tercera; la bielorrusa Ryta Turava (1.27.05), segunda, y la invencible rusa Olimpiada Ivanova, que estableció el primer récord mundial en Helsinki con 1.25.41 a sus 35 años.