11.30 de la mañana. Hace calor en la piscina climatizada de la Ciudad Deportiva. Calor ambiental y calor humano, del bueno. "Venga, venga, eh, eh, eh,...". Los ánimos a los nadadores son constantes. Aquí se respira deporte, deporte de base, deporte del puro.

Es la segunda y última jornada del trofeo Cáceres Patrimonio de la Humanidad. Hay figuras como Javier Soriano que, con su amigo placentino Rafa Castellano, esboza una sonrisa de felicidad. El campeón nacional de 50 mariposa es uno más: trabaja de a ocho a tres, como un funcionario, y luego dedica la tarde al entreno, cuenta, y con sus títulos llega "para competir, que es lo que más me gusta". Tiene 24 años y es el espejo para los más de 300 nadadores presentes.

Caen un par de récords de Extremadura (cuatro, con los el sábado), todos de los anfitriones, cuya afición les jalea. El ambiente es increíble. Llega el final y para hombres como Sebastián Rodríguez o Raúl Martín, el presidente o el director técnico, el balance es muy positivo.

La entrega de trofeos no es menos emotiva. Los madrileños también hacen ruido : por equipos gana el Moscardó. En el trofeo Campeones de EL PERIODICO EXTREMADURA para la mejor joven extremeña, gana la pacense Estefanía Romero, que sonríe. Y como ella, muchos.