Los jugadores que no se fueron la misma noche del sábado de vacaciones lo celebraron a lo grande. Hubo incluso, según fuentes del vestuario, brindis. No habían ganado la Copa del Rey, pero como si lo hubieran hecho. El Cáceres acababa de vencer, heroicamente, a La Palma, "y nos fuimos a tomar unas cervecillas, sí", asumen en la plantilla y cuerpo técnico.

Más de tres meses sin cobrar, pero dos victorias más que en la primera vuelta. El balance es espectacular. "Estamos al límite, pero ahí está", reconoce el propio entrenador, Ñete Bohigas, que ve casi milagroso que el equipo continúe ganando. "Estamos muy unidos, quizá por eso". Es la explicación del éxito verdinegro en tan difíciles circunstancias, en algún casi extrema, aunque el anuncio del presidente, Juan Francisco Luis, de tener una solución cerca ha atisbado el optimismo.

Jiri Okac ejerce de nuevo de héroe en Cáceres. Su fidelidad es tan grande que el propio sábado tenía que contestar a un equipo para ver si fichaba con ellos. No lo hizo y esperará, como Damon Johnson, al lunes. Y es que el plazo definitivo termina, efectivamente, mañana. Si la solución no llega, los dos se irán, aunque en los jugadores se cree en la solución. "Jugadores, sois cojonudos", rezaba una pancarta el sábado. Al final del choque, Johnson se abrazaba con los peñistas y les decía que se quería quedar. "El quiere seguir", asegura Bohigas. Y lo hará, pero sólo con una condición: que se le pague.