La nadadora Gemma Mengual logró ayer la tercera medalla para la delegación española en el Mundial de Barcelona. Consciente de que se encontraba ante un nuevo reto, la catalana no falló y conquistó una nueva medalla en natación sincronizada. Esta vez fue la de bronce en el sólo , un galardón que la sitúa definitivamente en el primer nivel mundial.

Mengual sabía que el oro estaba imposible, pero incluso luchó por la plata. El título mundial, fue para Virginie Dedieu, un prodigio de la natación y de la danza. La francesa estuvo casi perfecta. Entre la prueba técnica y la final sumó 99,251 puntos sobre cien posibles. Cinco dieces en impresión artística y dos más en mérito técnico.

La segunda plaza fue para la rusa Anastasia Ermakova. Su sobriedad técnica le permitió superar a Mengual, aunque la española recorta notablemente la distancia y está en disposición de superarla. De hecho, la rusa consiguió 97,417 puntos y la española 33 centésimas menos.

Si en la víspera, formando parte del equipo español en la combinada, Mengual logró la medalla de plata, el primer galardón de unas mujeres españolas en un Mundial, ayer refrendó la impresión de que se encuentra en estado de gracia y hoy puede incrementar su cosecha medallista en la prueba por parejas.

La joven nadadora consiguió 49 puntos sobre los 50 posibles, con un 9,9, tres 9,8 y un 9,7, puntaución que le valió para asegurarse la tercera posición en el podio. Esta medalla se suma a las dos conseguidas el miércoles y es la segunda en natación sincronizada, una disciplina, que cuenta únicamente con 500 nadadoras federadas. Ahí radica el milagro de esta disciplina en España, que debe luchar contra potencias con más tradición.

"Casi no me lo creo, aunque me doy cuenta de que estoy haciendo algo histórico, porque España nunca había subido al podio en esta especialidad", dijo Mengual tras recoger el metal.