El entrenador, Ismael Díaz, asumiendo deportivamente que desde el periodismo local se le haya asignado ya algún mote . El director general, José Ignacio Aguinaga, dando rienda a sus recuerdos y contando, en clave de humor, alguna sonora anécdota. El presidente, Félix Campo, sonriente y sin disimular que el club puede aspirar, por qué no, al ascenso. Juan Ojalvo, directivo, otro tanto de lo mismo.

Son ejemplos del buen ambiente que ha llegado, por Navidad, al Cacereño. La segunda plaza en la liga, para sorpresa de ellos mismos, ha propiciado que el club sea una balsa de aceite, al menos aparentemente, por muchos problemas económicos y judiciales que estén pendientes de resolución. Ni siquiera las anunciadas bajas de jugadores como Pedro Muñoz, Alex y Juanma Fernández han distraído el ambiente, cercano a la euforia, que reina en el Cacereño estos días.

"Estamos buscando". El entrenador asumía que el club rastrea en el mercado para encontrar un sustituto al meta Pedro Muñoz, aunque sin excesiva prisa. El canterano Juan Diego será el suplente mañana ante el Ceuta. Caballero y Guy serán bajas en la defensa, pero al técnico le da igual, afirma sin pestañear. Le valen casi todos.

Para eso estarán Jurado o Pedro García, sus teóricos recambios. El encuentro navideño de directivos y técnicos con los periodistas, ayer en la sede del club, tuvo caracteres muy diferentes a los de años anteriores. Hay buen rollo en el club verde. Es evidente.