La familia del Cacereño se juntó ayer para celebrar en el Príncipe Felipe la comida de Navidad. En ella estuvieron todos los equipos del club: primera plantilla, filial, juvenil y cadete, además de los empleados del bingo y la prensa. Por supuesto, asistió el consejo de administración, con el presidente Antonio Martínez Buzo, y el consejero delegado, Antonio Martínez Doblas, a la cabeza.

Una cita donde destacó el buen ambiente, muestra inequívoca de que los resultados son buenos en estas últimas semanas. Allí estuvieron todos los jugadores, incluido el último fichaje, Yannick Agro. Faltó uno, el que aún no ha llegado pero que en breve estará por Cáceres. Se trata de Salva, el delantero del Villarreal B, que está resolviendo los últimos aspectos de su contrato con el equipo amarillo para llegar cedido al Cacereño. No será el último, ya que hay otro fichaje cerrado pero del que aún no se conoce el nombre.

No son nuevas estas comidas en la primera plantilla del equipo. Los jugadores se reúnen habitualmente, casi todos los meses un par de veces, bien para comer o cenar. En un restaurante o una parrillada improvisada en el estadio. La comida es una excusa, lo importante, estar juntos y hacer piña en los malos momentos y ahora, también, en los buenos.

Tras la comida, un brindis con cava. Martínez Buzo tomó la palabra y con todos en pie sonó un grito unánime: ¡Aúpa Cacereño!