Cada vez más presionado por el grave daño político derivado de su insensibilidad inicial hacia las víctimas del Katrina , el presidente de EEUU, George Bush, prometió ayer investigar la caótica respuesta del Gobierno a la catástrofe. "Queremos estar seguros de que podemos responder apropiadamente si hay un ataque con armas de destrucción masiva u otra gran tormenta", explicó. Bush también decidió enviar a las zonas devastadas al vicepresidente, Dick Cheney --la visita tendrá lugar mañana-- para demostrar al país que la Casa Blanca está ahora volcada en respaldar a los afectados.

"Lo que me propongo hacer es dirigir una investigación para averiguar qué se hizo bien y qué se hizo mal", subrayó Bush tras reunirse con los líderes del Congreso. Sin embargo, el mandatario estadounidense dejó claro que la decisión no tiene un carácter inmediato. "Tendremos mucho tiempo, y lo que me interesa ahora es salvar vidas", recalcó. El presidente rechazó también buscar culpables de la deficiente reacción inicial a la tragedia: "Lo que tenemos que hacer es resolver problemas, nosotros nos dedicamos a eso".

EN BUSCA DE CULPABLES Otros republicanos se mostraron menos moderados a la hora de pedir que rueden cabezas, empezando por la del criticado Michael Brown, director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias, a la que las autoridades de Luisiana culpan de interferir en la distribución de ayuda. "Si Brown no resuelve un par de problemas que ahora tenemos, no va a conservar el sillón, porque lo que le haré no será muy bonito", amenazó el senador Trent Lott, cuya casa costera en Pascagoula (Misisipí) resultó destruida.

En el Congreso, los líderes republicanos del Senado anunciaron que el Comité de Asuntos Gubernamentales llevará a cabo su propia investigación sobre la lenta y caótica respuesta a la catástrofe. "Los gobiernos fallaron a todos los niveles", denunció la senadora Susan Collins. "Es difícil comprender la falta de preparación y la ineficaz respuesta inicial a un desastre que se predijo durante años y sobre el que hubo advertencias específicas durante días", dijo.

PRESION DE LOS DEMOCRATAS Sin embargo, esta investigación se queda corta ante las peticiones de la oposición demócrata, que ha reclamado la formación de una comisión independiente al estilo de la que investigó el 11-S. Los demócratas quieren que se averigüe por qué fueron incapaces las autoridades federales, estatales y locales de hacer llegar inmediatamente la ayuda a las miles de víctimas del Katrina , presentando al planeta unas imágenes más propias de un país tercermundista que de la superpotencia que es EEUU.

Ayer, Bush trató de marcar distancias con los países pobres al rechazar incluso la calificación de "refugiado" con la que se describe a los cientos de miles de evacuados de las zonas devastadas. "Estamos hablando de gente que no son refugiados, son americanos que necesitan la ayuda, el amor y la compasión de nuestros compatriotas", declaró. El presidente hizo esta precisión a petición de algunos dirigentes de la comunidad negra, que defienden que el término designa a los pueblos que huyen de una catástrofe o de una guerra en el extranjero.