No va más. Dos jornadas para apurar la liga regular y, matemáticamente, ninguno de los seis equipos extremeños que militan en el grupo IV de la Segunda B tienen asegurados ni logros ni frustraciones. De la media docena de objetivos que los representantes de la región en la División de Bronce se marcaron allá por el mes de septiembre, con el inicio del curso, ni uno sólo de ellos está certificado.

Si se comienza a desgranar las cábalas por lo positivo, el Extremadura de Francisco es el único que al día de hoy aún tiene opciones de entrar en el cuarteto de elegidos para disputar la ansiada liguilla de ascenso. Y para eso ya no depende de sí mismo tras el accidentado y poco gratificante puente en Murcia.

Los azulgranas reciben el domingo a un necesitado Mérida en eun duelo fratricida y apurarán la temporada en Melilla ante otro equipo que quiere escapar de la quema. Sus únicas opciones pasan por sumar los seis puntos y esperar que Málaga B o Ciudad de Murcia pinchen.

En tierra de nadie ha quedado el Cacereño de Ismael Díaz, quien espeta a quien quiere oirle que el objetivo verde es conseguir una de las plazas que dan derecho a disputar la Copa del Rey el próximo año. De momento bien colocado está para ello y sólo hay que rematar la faena ante los ya descendidos, Motril y Torredonjimeno. Parece un sueño alcanzable.

LA LUCHA POR LA PERMANENCIA

Aunque apelando a las matemáticas faltaría un minipunto , el Jerez de Vázquez Bermejo se puede decir que se ha asegurado un año más en la categoría. A pesar de las apreturas por abajo, los verdinegros irán a Cádiz sin presión, y sin renunciar a dar la campanada para decorar su final liguero, y luego bajarán el telón ante el Betis B. Con el Cacereño son los que casi han terminado.

Pero de ahí hacia abajo... Primero está el Mérida de Mateo Prieto, que lleva demasiado tiempo jugando con fuego y que sigue haciendo que sus aficionados se froten los ojos comparando los números de la primera vuelta y los de la segunda. Los emeritenses visitan el Francisco de la Hera el próximo domingo, como queda dicho, y, si les va mal el derbi, tendrán que jugársela a una carta recibiendo al Ciudad de Murcia en la última jornada.

Luego está el Díter Zafra de Angel Marcos, un equipo que a nada que le hubiese acompañado un poco la suerte --por no decir la puntería-- hace semanas que estaría salvado. Pero las victorias se consiguen, no se merecen. A los azulinos podría bastarles el duelo en la Ciudad Deportiva del Betis del próximo domingo. Sería mucho más peligroso dejarlo todo para la jornada de clausura del campeonato, en la que ellos se jugarían la permanencia pero su rival, el Algeciras, se jugaría el campeonato. Además, José Luis Montes dijo que el Díter era candidato al descenso.

Y por último está el Moralo, con quien la competición no está siendo nada justa porque los de Miguel Angel Iglesias, hartos de las puñaladas de los minutos de descuento, también han merecido algo más tras su esfuerzo final. Ahora viajarán a Málaga, muy mermados por las ausencias forzadas aunque los que salgan darán la cara, y terminarán apurando opciones ante un imprevisible Real Jaén. Cábalas para un epílogo.