Hay que ser muy bruto para emplearse a cabezazos en los metros finales de un esprint cuando los velocistas ruedan a 70 kilómetros hora. Una acción de este tipo solo puede ser catalogada como una atrocidad, más que una ´irregularidad grave´, como la denominaron los jueces que, sin embargo, no les tembló el pulso para enseñarle tarjeta roja directa al australiano Mark Renshaw y excluirlo del Tour.

Para casa bromeaban los periodistas de la televisión francesa, en las entrevistas tras la etapa, después de la victoria de Mark Cavendish (tercera en este Tour, 13 en su historial con lo que supera a Erik Zabel y Mario Cipollini), sobre la acción del australiano y recordaban el famoso cabezado de Zinedine Zidane en la final del Mundial de fútbol de hace cuatro años. Pero el tema no es para tomárselo a cachondeo. Ni mucho menos.

POCO DEPORTIVOS Los corredores del Columbia no gozan de una fama angelical en el pelotón. "Cavendish es un peligro. Este chico debería moderarse un poco más", reclamaba hace días un técnico español. Si no, que se lo pregunten a Freire. Cavendish lo echó al suelo en Bruselas y uno de sus ayudantes le dio pocos días después un empujón que lo desplazó varios metros.

Todo comenzó a 200 metros de la llegada. El neozelandés Julian Dean, del Garmin, trataba de abrir camino a su jefe veloz Thyler Farrar. "El dio primero un codazo", defendió Cavendish, muy afectado por la expulsión de su compañero. Renshaw no se cortó y fue a por él. Una y otra vez el australiano golpeó a su vecino de las Antípodas con el casco que impactó sobre el hombro de Dean. Sin desequilibrarse. Petacchi trató de aprovecharse de la circunstancia, pero a Cavendish no lo frena ni las locuras de su compañero.

"Yo no voy a discutir la decisión de los jueces. No voy a decir que no la comparto, pero lo he visto de forma distinta". Lo cierto es que en media hora se resolvió el incidente. El infractor, aparte de ser expulsado, fue castigado con una multa de 200 francos suizos. No ha sido el primer incidente. Barredo y Rui Costa se liaron a puñetazos la semana pasada. "Me da vergüenza ver las imágenes por internet", recalca el asturiano. Que vuelva la calma al pelotón. Hoy, de momento, retorna la montaña, con el duelo Contador-Schleck.