Cacereño: Pedro; Jony, Héctor, Lucas, Ema; Bruno (m. 63 Sergio Céliz), Roberto (m. 54 Adolfo), Pablo Rotundo; Cantarutti (m. 81 Tapia), Mato y Sergio.

Coria: Ismael, Morato, Mena, Oscar, César Sánchez; Juli (m. 89 Cristian), Javi Martín (m. 80 Oli), Alvaro, César; Chema y Fifle.

Goles: 1-0. Min. 32. Cantarutti. 1-1. Min. 68. Chema, de penalti. 2-1. Min. 78. Cantarutti, de penalti.

Arbitro: Jaramillo Portero (0). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Jony, Ema, Bruno, Roberto, Cantarutti y Segio, y a los visitantes Javi Martín, Alvaro, César y Fiflé. Expulsó con roja directa al local Pablo Rotundo.

Incidencias: Alrededor de 300 espectadores en el Príncipe Felipe.

Los amantes del fútbol italiano deberían apuntar en su agenda una cita ineludible cada 15 días en el Príncipe Felipe. Las virtudes y los defectos del ´calcio´ son representados en el escenario cacereño de forma magistral. Es la pauta que sigue el equipo de José Manuel Santos y que le mantiene a un punto de igualar con el Díter y de meterse entre los equipos que jugarán la promoción de ascenso.

Ayer el juego no fue nada fluido. Se abusó sobremanera del pelotazo, se cometieron excesivas imprecisiones y en algunos momentos el encuentro adoptó el cariz de una ´chirigota´, para no desentonar con las fiestas que se celebran en la calle.

A ello se sumó sin rubor el colegiado del encuentro. Un árbitro que no pudo estar más desacertado y que pudo dar al traste con el trabajo que ambos equipos exhibieron en el campo. Se inventó dos penaltis, ninguno fueron merecedores de pena máxima, expulsó en una decisión rocambolesca a un futbolista tan honesto como Pablo Rotundo, que ni siquiera hizo falta en la acción que acabó con el uruguayo en la caseta antes de tiempo. Asimismo, dejó sin sancionar las numerosas pérdidas de tiempo de los visitantes en la primera parte y mostró hasta diez cartulinas amarillas en un partido sin atisbo de violencia por otras tantas decisiones muy discutibles.

Del caos, sin embargo, emergió un futbolista que lleva ya 14 goles con la camiseta verde. Cantarutti lo dio todo en un encuentro trabado, a cara de perro, y suplió con efectividad la invisibilidad ayer de Mato en la distribución de juego. Dos goles suyos no impidieron dejar en segundo plano la labor arbitral, pero sí mantener las esperanzas del Cacereño en todo lo alto.