Puede que al final no se lleve a cabo el fichaje de Luismi, pero en el Cacereño todavía albergan esperanzas. A falta de unas horas para el cierre del mercado, club y jugador están a tiempo de acercar posturas y llegar a un acuerdo.

Cuando todo parecía reconducible, las diferencias económicas están siendo un obstáculo muy importante para que el canterano regrese a casa, ocho años después de su marcha al Espanyol. Y las dos partes han manifestado su interés, por lo que la posibilidad sigue aún intacta.

Mientras Manolo espera, el equipo verde digiere la derrota de Leganés. La lógica habla de un traspié previsible, aunque el desarrollo del encuentro, en el que los cacereños dispusieron de varias ocasiones incluso para haber ganado, hace que se haya transmitido un sentimiento de frustración. Además, la actuación arbitral sigue estando en entredicho después de la reclamación de dos penalties. Pero al mismo tiempo se piensa ya en lograr el éxito en el próximo partido, que será el domingo (18.00 horas) ante el Guadalajara en el Príncipe Felipe.