El Cacereño vive su mejor momento en años en el aspecto deportivo y anímico --es líder y su afición está despertando y volviendo al estadio--, pero hay una rémora con la que se ha encontrado el club que aún no ha solucionado: su relación institucional, en especial con el ayuntamiento, sobre la que siguen surgiendo dudas.

El club verde no ha percibido un euro de subvención del ayuntamiento y aún no hay fijada una reunión con la alcaldesa, Carmen Heras, para plasmar definitivamente una ayuda efectiva y real. Y este simple dato preocupa especialmente a la persona que está soportando personalmente el grueso de la economía del club: el empresario Antonio Martínez Doblas.

"Está poniendo mucho dinero, pero esto no puede seguir así siempre". En el Cacereño están al día en pagos, aunque los recursos no llegan con la fluidez con la que se esperaba. Las gestiones del portero-comercial José Manuel Romero (él ha contratado la publicidad estática del estadio) y del propio director general, Angel Marcos, no son suficientes, a lo que hay que unir que se está en plena época de reconversión del bingo, que ya no da los dividendos que ofrecía hasta hace no mucho tiempo. Hay empresarios que están también sufragando el día a día del club, pero esto no es suficiente, insisten en la entidad.

Reunión pendiente

Pese a los intentos de los nuevos rectores del club, no se ha concretado ayuda alguna del consistorio. Ni siquiera hay fecha fijada para una reunión con Heras, a pesar de que ya haya sido solicitada. En el Cacereño se ven ya con autoridad moral suficiente para solicitar una entrevista que tarda en llegar. Y ello preocupa al empresario segedano y sus colaboradores, que ponen como argumento precisamente el cambio de rumbo que se ha operado en la entidad, que ahora no está cuestionada y rechazada socialmente, como ocurría en la época anterior, en los tres últimos años de mandato de Félix Campo.

En el Cacereño, además, empiezan a sobrevolar ciertas urgencias deportivas que abran nuevas expectativas. Y por ello el objetivo es, cuanto antes, subir de categoría. Por ello se está poniendo especial empeño de conseguir ser campeones, que daría opción a dos posibilidades de subir en junio, una vez remodelado el sistema de ascensos.

Aunque Martínez Doblas no lo ha dicho públicamente y en este mismo diario ha reiterado su escasa disposición a establecer pronósticos, su idea es la de lograr el objetivo esta misma temporada. Estar en Segunda División B, aun siendo una categoría en ciertas circunstancias ruinosa, devolvería definitivamente a la afición al estadio y, además, se abriría la posibilidad de ingresar más dinero por distintas vías, entre ellas la institicional, y no solamente del ayuntamiento, sino de la Junta a través de Marca Extremadura (el Mérida recibe 300.000 euros esta temporada por este concepto).