Cacereño: Pedro, Antonio, Marcos, Andrada, Javi Núñez, Carlos (min. 46, Avila), Jabuto, Copito, Villacampa (min. 46, Willy), Javi Méndez (min. 12, Fabiani) y Ramiro.

Extremadura B: Nico, Pablo, Chico, Durán (min. 50, Antonio), Nando (min. 46, José Ignacio), Kiko (min. 46, Ito), Ortiz, Luis Valladar, Uceda, Marín y Ordóñez.

Goles: 1-0, min. 28: Fabiani. 2-0, min. 45: Antonio, de penalti. 3-0, min. 91: Fabiani.

Arbitro: Seco Caballero (1). Mostró tarjeta amarilla a los locales Fabiani, Copito y Jabuto y a los visitantes Nico, Nando, Luis Valladar y Ordóñez.

Incidencias: Unicamente 120 espectadores se dieron cita en las gradas del estadio Príncipe Felipe. Tarde de agradable temperatura y terreno de juego en condiciones aceptables.

El Cacereño dejó ayer satisfechos a los apenas 120 sufridores que se dieron cita en el Príncipe Felipe y con un triunfo solvente cambió su imagen de comparecencias anteriores, mostrando una mejoría que aún dista mucho de poder enganchar a muchos aficionados, pero que al menos escapó del aburrimiento y puso los cinco sentidos en el campo para tratar de hacer las cosas lo mejor posible.

El equipo de Miguel Angel Mateos demostró madurez ante un rival bisoño y en fase de construcción, con calidad individual, pero con los inconvenientes de un equipo filial. El Extremadura B no tuvo premio en ataque, a pesar de su insistencia en algunos momentos y no mereció probablemente tanto castigo como finalmente reflejó el marcador final (3-0). La pegada de Ortiz y la calidad de Uceda, Marín o Luis Valladar fue de lo mejor en el bando visitante.

INICIO MEDIOCRE No apuntaron los primeros minutos hacia algo excelso en el bando local y tuvo que ser la lesión de Javi Méndez la que cambiara la decoración. No tanto por la baja del líder verde, sino por la entrada de Fabiani, un jugador atípico capaz de lo mejor y lo peor y que a nadie deja indiferente. Es evidente que si sus potenciales condiciones de espigado cabeceador se tradujeran sobre el terreno no estaría en el Cacereño, pero también cabe reconocerle sus dotes de goleador y su ambición ante la portería rival. Ayer sorprendió con un golazo en un movimiento impropio de un tipo de casi dos metros y con un zurdazo a la escuadra dio tranquilidad a su equipo cuando los partidos te pueden empezar a poner nervioso si no marcas. Sin embargo, en la segunda mitad desperdició un par de ocasiones mucho más sencillas, sobre todo una en la que tenía a Copito desmarcado para empujar el balón a puerta prácticamente vacía. Antes dejó otros detalles y demostró que sea quien sea el rival es compatible con Ramiro, que ayer sumó su sexta jornada reñido con el gol, aunque su trabajo y lucha resultan encomiables.

El entrenador del Cacereño tuvo el descanso para sopesar diversas opciones con la tranquilidad de un resultado muy favorable tras el 2-0 de Antonio (min. 45) al transformar un penalti cometido por Nando sobre Copito. Dio minutos a Avila y Willy y descanso a Carlos y Villacampa, a pesar de tener cuarenta y cinco minutos por delante sin nadie ya en el banquillo salvo Javi Méndez, muy involucrado en ayudar a sus compañeros y al propio técnico desde su experiencia.

Pero lo más positivo del equipo verde, al margen del acierto de Fabiani, lo protagonizó Copito, que cuajó una actuación muy completa y demostró hechuras de futbolista con futuro. Se movió bien por ambas bandas, desbordó y dejó en evidencia a la defensa almendralejense. Sólo le faltó el premio del gol, que llegó a rozar en un cabezazo al larguero en el primer tiempo.