Cacereño -0: Vargas; Antonio, Roberto, Tito, Diego; Lolo, Chiqui (min. 62, Rai), Rocha, Javi Ramos (min. 81, Ito); Muhammed (min. 46, Carlos) y Valtierra.

Alcalá -1: Juancho, Juani, Villarejo Dani Torres, Joselu; Israel (min. 74, Roberto), Luis López, Javi Pérez, Tito (min. 62, Nene); Jaime Moreno y Miguel Ramón (min. 62, Machicado).

Gol: 0-1-Min. 80: Nene.

Arbitro. Vicente Moral (Castilla-León) (1). Muy bien en el primer tiempo y muy flojo en el segundo. Amarillas al local Lolo y a los visitantes Juani y Villarejo (dos, expulsado en el 90).

Incidencias: Alrededor de 2.000 espectadores en el Príncipe Felipe. Muchísimo calor. Deficiente bote del balón en un terreno muy irregular. El Cacereño felicitó públicamente al comunicador local Tomás Pérez por su Medalla de Extremadura.

La Segunda División B es la categoría de los pequeños detalles. Que nadie pida espectacularidad. Que nadie exija fútbol de altos vuelos. El resultadismo impera sobre cualquier matiz. Muchas veces, cuando el encuentro no termina en tablas, es un cara o cruz. Ayer, las malas noticias fueron para el Cacereño; las buenas, las de los puntos, para el Alcalá.

Los dos recién ascendidos hicieron un curso acelerado de adaptación a la categoría, definido por un tipo escurridizo llamado Jaime Moreno, quien colocó un túnel a un defensor verde y sirvió a Nene para que hiciese el tanto visitante. Corría el minuto 80 y aquello fue la confirmación de quienes proclaman que la división de bronce es para los listos, no para los virtuosos.

Seis años después irrumpir en el oasis de la Tercera, pasado ya el mal trago, la afición cacereña se reencontraba con aquello que vivió con más o menos intensidad. Había ganas, hasta cierto entusiasmo previo. Y, por encima del resultado y de algunas dudas, nadie pudo salir del todo insatisfecho. Este Cacereño tiene futbolistas notables: los que conserva de la pasada temporada (Lolo, Rocha, Roberto) y varios de los que han llegado. A no ser que fuera un espejismo, de los novatos se atisbaron detalles muy buenos de Diego y Javi Ramos y, por supuesto, del portero Vargas.

EQUILIBRIO El partido pudo ser un calco de lo que se espera. Conjuntos equilibrados, con oficio, con más o menos punch, pero equipos hechos con un perfil Segunda B. Y el Cacereño lo tiene, que no duden los más críticos. El grupo de Angel Alcázar fue, incluso, mejor que su rival en los primeros 20 minutos, en los que dominó por completo los tiempos e incluso rondó el gol. Joselu sacó de la raya un lanzamiento trastabillado de Chiqui (minuto 15). Aquello prometía.

Con Rocha y Javi Ramos convertidos en los mejores en banda, el Cacereño se encomendó al orden que impone ese inmenso futbolista llamado Lolo. ¿Se entorpece con su paisano Ito? ¿Jugarán los dos en un futuro? Toda una incógnita. Ayer, según Alcázar, no lo hicieron antes porque ambos tienen un perfil defensivo.

El Alcalá se desperezó en un momento dado del primer tiempo. Rondó con timidez a Vargas, pero se encontró con Roberto y Tito infranqueables, especialmente por arriba.

El encuentro se desarrollaba por parámetros tediosos. El Alcalá manejaba el duelo e incluso hizo lucirse a Vargas en el inicio del segundo tiempo en una parada al más puro Casillas que evitó el 0-1. Alcázar movió ficha con un cambio ofensivo: Rai por Chiqui, pero el partido tenía control madrileño. El Cacereño no creaba opciones y se ofuscó en las galopadas inteligentes de Javi Ramos y al hambre de Rocha. Poco arsenal para la empresa.

El empeño local se topó con una contra con sabor a filigrana de Jaime Moreno y el 0-1 desbarató las aviesas intenciones verdes. El técnico de Herrera del Duque, que antes había estado brillante, la pifió retirando a Javi Ramos para meter a Ito. Mal negocio para entonces. El choque derivó definitivamente en la contención visitante, aunque Rai tuvo la opción de, al menos, dejar un punto en el Príncipe Felipe. La Segunda División B ha llegado. Con lo bueno y con lo malo.