No hay vuelta de hoja. Los números cantan. Y arrojan verdades como puños directos al mentón. El Cacereño es, con diferencia, el peor equipo de las últimas doce jornadas. Desde que se encaramara a la primera posición de la tabla en el grupo XIV de Tercera División, los pupilos de Fran Nacarino solo han sumado ¡6 puntos! Doce jornadas para seis paupérrimos puntos. En una Liga en la que la victoria vale 3 puntos, en la que un empate deja en la mayoría de los casos el sabor de la derrota, los del Príncipe Felipe de media se han llevado al zurrón cada domingo la friolera de ¡medio punto!

Todo comenzó el domingo 11 de noviembre. O más bien terminó. El idilio que los aficionados mantenían con su equipo en las primeras jornadas de la temporada llegó a su culmen con la visita del Villanovense a Cáceres (2-0). El Príncipe Felipe se frotaba los ojos. Una victoria sólida, contundente, transformaba a un insaciable Cacereño en el líder del grupo extremeño de Tercera. Todo eran parabienes. Jugadores y cuerpo técnico tenían que moderse la boca para no mostrar su satisfacción por el trabajo realizado hasta entonces. Los cronistas deportivoss cantaban a la hermosura de un equipo que conjugaba resultados y un juego descaradamente inusual por estos pagos desde hacía tiempo.

Más dura será la caída

A partir de ahí, el declive más absoluto, el desmoronamiento más concluyente. Sin explicación aparente. Todo se precipita. El recién estrenado liderato se pone a prueba en su desplazamiento a Mérida. Un Imperio desconocido les hace morder sorprendentemente el polvo.

Algo que en su momento fue considerado como un accidente, como algo circunstancial se convirtió en el punto de partida para desembocar en la miseria más absoluta a tenor de losresultados.

Doce jornadas después, el Cacereño aparece hundido en la mediocridad del juego que exhibe en la cancha, mientras que en el vestuario, de puertas para dentro, se vive un ambiente demencial más propio de un sanatorio mental.

Entrenador y director deportivo no se hablan, se suceden declaraciones altisonantes y francamente burdas de unos y otros, incesantes nuevos y viejos rumores... Se habla de peleas entre jugadores, de tortas entre jugadores y técnico... Se habla de desbandada, de deserciones. Un guión de opereta. De mala zarzuela. De esas que prácticamente no congregan público en la platea. El Príncipe Felipe convertido en un estadio semifantasma en el que los actores han sido abandonados a su suerte, incapaces de seducir a sus propios fieles.

Las comparaciones son odiosas por reveladoras. En este sentido, mientras que el Cacereño ha ido sumando a paso de tortuga, rivales a priori directos como Villanovense, Don Benito o Cerro de Reyes, ahora ampliamente destacados en las tres primeras plazas de la tabla, han logrado hacerse con un botín de 27, 26 y 28 puntos respectivamente.

Si la comparación es sangrante comparándola con los grandes favoritos, no lo es menos si tenemos en cuenta otros equipos con objetivos similares a los del conjunto verde. Díter Zafra y Jerez, ahora cuarto y quinto, han sumado 25 y 23 puntos, mientras que el Sporting Villanueva ha pasado de la plaza decimosegunda a la sexta merced a 26 puntos en estas doce jornadas.

Esta ínfima cosecha ha hundido a los de Cáceres en la tabla. De la primera a la octava plaza, y asediado por Badajoz y Moralo.

El Cacereño ha sido el peor equipo en el cambio de año. Sus cifras no resisten ni siquiera la comparación con los últimos de la tabla. La hemorragia continúa. ¡Llamen a un médico!