CACEREÑO 2: Félix Campo, Cerveró, Jurado, Pelegrí, Francis, Cantos, Jorge García, Enrique (m.75, Juanma Cruz), Cobos, Emilio (m.60, Tariq) y Nacho Garrido (m.82, Bernal).

TORREDONJIMENO 2: Yubero, Gonzalo, Dani, Avelino, Garmendia, Santi Sedano (m.77, Orihuela), Méndez, Rubén (m.47, Mamely), Dani Olsson, Pedro y Pedro Carrión (m.70, Melgarejo).

GOLES: 1-0, m.17: Cobos. 2-0, m.22: Cobos. 2-1, m.49: Avelino. 2-2, m.93: Orihuela.

ARBITRO: Mateos González (Castellano-leonés). Tarjeta amarilla a los locales Cerveró (dos y expulsado 74´), Cobos y Juanma Cruz y al visitante Garmendia (dos y expulsado 39´).

Oportunidad perdida. El Cacereño dejó escapar ayer una gran opción de seguir al frente de la clasificación del grupo IV de Segunda B y a la vez llevarse a sus vitrinas el honorífico título de campeón de invierno. Sin embargo, tras llevar un partido totalmente controlado, con dos goles a favor y ante un rival en inferioridad numérica, no supo rematar la faena y las circunstancias arbitrales de nuevo le perjudicaron lo suficiente como para dejar volar dos puntos que dieran aire a la situación del Torredonjimeno y, de paso, devolverle el liderato al Cádiz.

Y es que al Cacereño no parece sentarle bien ir por delante en la tabla, pues las dos veces que se ha presentado ante su afición vestido de líder, en ambas ha salido trasquilado con sendos empates ante equipos de la zona baja de la clasificación.

Pese a todo, el equipo verde demostró una vez más su casta y siempre buscó la meta contraria, aún cuando iba ganando y se había quedado sin Cerveró por expulsión y las fuerzas estaban ya bastante justas.

Pero ayer salió cruz. Si en otros partidos cuando el Cacereño apeló a la épica para llevarse los tres puntos al zurrón todo salió a pedir de boca, esta vez vio la otra cara de la moneda. Con el partido controlado y con muchas opciones para haber goleado a un Torredonjimeno muy blandito en defensa, se dejó sorprender a última hora con un gol de fortuna que dejó más helados a los aficionados de lo que lo hacía la temperatura en el Príncipe Felipe.

JOVEN DEBUTANTE

De inicio sorprendió Ismael Díaz con la inclusión de un canterano en el once titular. Emilio Rosa, un centrocampista de diecinueve años y con la experiencia de un año de cesión en la potente liga sub-18 en el Badajoz, vestía ayer la camiseta del Cacereño por primera vez y mostró detalles de talento y gran madurez.

Sin embargo, los encargados de marcar las diferencias sobre el terreno de juego fueron los componentes de una pareja ya clásica , Cobos-Enrique. Entre ambos fabricaron los dos goles del Cacereño, ya que unos minutos antes la cara de Yubero se había encargado de desviar un cabezazo a quemarropa de Jurado.

Pero el Cacereño aprovechó el filón de la banda derecha con Enrique con un porcentaje que rozó la perfección. El punta verde se marchó cuatro veces de Garmendia y obtuvo dos goles y la expulsión por doble amarilla de su par antes del descanso. Y es que el lateral tosiriano debió pensar que lo mejor era quitarse del medio ante el huracán que pasaba por su lado cada vez que atacaba y a ver si acaso daba fruto la teoría de Helenio Herrera de jugar en inferioridad.

El Cacereño se inventó dos goles que fueron de idéntica factura. Balón en profundidad a Enrique, regate, pase de la muerte y gol de Cobos. En cinco minutos, los que van del 17 al 22, el equipo de Ismael Díaz ya tenía medio pasaporte para la victoria.

Pero no fue así. El Torredonjimeno fue adelantando líneas y avisaba de sus intenciones por medio de su mejor futbolista, Dani Olsson, que se mostraba habilidoso por la izquierda y era el único que buscaba la meta de Félix Campo con ahínco.

Sin embargo, tras la reanudación comenzó a fraguarse el empate. Los tosirianos se metían en el partido en una jugada a balón parado que culminaba Avelino tras varios rechaces.

A partir del 2-1, el Cacereño volvió a apretar el acelerador y comenzó a coleccionar ocasiones, a cual más clara, pero ayer no era el día de Nacho Garrido, ni de Tariq, ni de Enrique de cara al gol.

La expulsión de Cerveró, que igualaba númericamente el enfrentamiento, acabó por hacer mella en el Cacereño. El Torredonjimeno llegaba con balones largos, aunque no precisaba ante Félix Campo, pero en los minutos de descuento llegaba el tanto del empate tras una falta inexistente. Orihuela recogió el rechace y, tras un rebote, alojó el balón en la red cacereña.