Imperio: José; Fabio, Nin, Pineda, David Mera; Chico, Macías, Gabi, Lauri; Romero (Piji, M. 77) y Carrasco.

Cacereño: Roberto; Paco Ortega, Guy, Merino; Pelegrín (Juan Alfaro, M. 89), Gabi, Gervasio, Borrallo; Adán (Sergio, M. 73), Samuel y Rocha.

Gol: 0-1 M. 50: Pelegrín.

Arbitro: Paloma Quintero Siles (Comité Extremeño). No estuvo mal en un partido complicado. Pero dio la impresión de que siempre nadaba a favor de corriente (1). Amonestó a los locales Lauri (44´), Carrasco (54´) y Macías (62´). Por los ´verdes´ vieron tarjeta Gervasio (7´), Gabi (18´), Roberto (60´), Samuel (61´), Borrallo (66´) y Sergio (89´).

Incidencias: Unas 200 personas en el Campo de la Federación. Terreno de juego lamentable. No es de césped, es de barro.

Fútbol vertical, acierto y veteranía. Con esa perfecta mezcla de posibles, y también de legales , sumó ayer el Cacereño tres puntos en el impresentable campo federativo de Mérida y a costa del Imperio. El recinto deportivo, que en su día tendría césped pero de eso debe de hacer lo suyo, fue un enemigo más para los dos contendientes primero, pero para el cuadro local sobre todo después tras ponerse los de Juan Marrero por detrás en el marcador.

Un solitario tanto de Pelegrín, aprovechando un importante error defensivo del cuadro emeritense, dio la victoria a los de Bernardo Plaza en un choque intenso, tremendamente disputado pero, como suele pasar con estos guiones, huérfano de calidad.

De entrada ninguno de los dos equipos escondió sus cartas y evidenció sus intenciones. El Imperio quería retornar a los puestos de privilegio con una victoria trabajada desde su dibujo habitual. El Cacereño volvió a improvisar, más que nada a arriesgar, y plantó una defensa de tres, un poblado mediocampo y un tridente amenazante arriba. Es más, para quienes no están acostumbrados a ver al equipo verde y como primer apunte, dio la impresión de que ayer andaba muy motivado en pos de un triunfo y jugando casi al límite desde el primer minuto de partido. Se empleaban a fondo los visitantes en una fase de dominio inicial de los locales, que empezaron por tener el balón. Romero tardó ocho minutos en mandar un pase con enjundia a Carrasco para que este rematase blandito. El propio Romero cabeceó luego un servicio de Chico cuando estaba en situación inmejorable (m. 16). Poco a poco fue entrando en liza el Cacereño, que tuvo menos ocasiones que el cuadro local aunque sí las más claras, y tras una advertencia de un omnipresente Gervasio (m. 22), Pelegrín amaga ante José (m. 27) justo antes de que Rocha tire por primera vez entre los tres palos locales (m. 32). El propio Pelegrín hizo luego lucirse al meta imperialista (m. 36) en medio del sucesivo ida y vuelta. Pero al descanso se llegó con el marcador inmaculado, las espadas en todo lo alto y el campo cada vez peor.

MARCA EL CACEREÑO Nada más comenzar la segunda entrega, Pelegrín, cansado de advertir, firmó el único gol de la tarde aprovechando un error pueril en defensa del Imperio. Había disparado Rocha, despejó José y, libre de marca, el ´7´ visitante a la red (m. 50). A partir de ese momento empezó otro partido. El mano a mano ofensivo dio paso a un dominio local y a un control visitante. El bloque de Marrero lo intentaba, el de Plaza se colgaba de la experiencia de algunos de sus jugadores, sobre todo de Gervasio, para parar el partido a su antojo y romper el ritmo local. Pero como Paloma Quintero no decía este silbato es mío... Acumuló ocasiones el Imperio y llegó a estrellarse contra la madera en una acción diáfana, pero el Cacereño ya tenía los tres puntos a buen recaudo y no estaba dispuesto a dejar escapar ni uno sólo. En ese quiero pero no puedo del Imperio murió el encuentro.