Cacereño - 0: Vargas, Palero (min. 57, Salva), Roberto (min. 46, Tito), Tomás, Cazorla, Lolo, Rocha, Estévez (min. 80, Rubén Jurado), Diego, Rai y Yannick.

Leganés - 1: Raúl, Gustavo, Garrido, Negral, Postigo, Casquero, Valleros, Carlos Martínez (min. 88, Garci), Juli, Chupe (min. 70, Mario) y Quini (min. 80, Guzmán).

Gol: 0-1, min. 23: Chupe.

Arbitro: Corral García. Amonestó a Tomás y a Salva por el Cacereño y a Garrido, Negral, Chupe y Guzmán por el Leganés.

Incidencias: Partido de la vigesimosegunda jornada del liga del grupo II de Segunda División B, disputado en el estadio Príncipe Felipe ante unos 2.500 espectadores. Terreno de juego en mal estado. Antes de comenzar el encuentro realizó el saque de honor el torero cacereño Jairo Miguel.

El Cacereño vuelve a caer a puesto de descenso. Y lo hizo tras perder en casa, ante un rival de la parte alta de la tabla, el Leganés, y de forma inmerecida (0-1). Los madrileños se llevaron el encuentro con muy poco. La diferencia fue el acierto en el gol.

El conjunto que dirige Angel Marcos es un equipo sin fútbol. Que juega por empuje. Le gusta ir a la heroica. Ese fútbol inglés de balón largo y aprovechar la segunda jugada. Ayer lo interpretó mal en la primera mitad y muy bien en la segunda. No le gusta el fútbol de toque. Quizás porque se siente más cómodo de la otra forma. O tal vez porque no tiene jugadores para ello. El Cacereño juega sin centro del campo. Y en esas circunstancias un jugador de la calidad de Rocha se desespera y su fútbol queda reducido a pelea y lucha. Una pena.

Debutó de titular en el Príncipe Felipe el delantero Yannick Agro. Dejó ver velocidad y poco más. Lo intentó, peleó pero sin acierto. Tuvo en sus botas el gol y tal vez el partido. Se quedó solo ante el meta visitante Raúl, pero su disparo se estrelló contra el cuerpo del portero. El punta definió mal y desaprovechó la ocasión de coronarse en casa. Esa jugada más un par de acercamientos antes del descanso fue lo único destacado de los locales en la primera mitad que se empeñaron una y otra vez en sacar el balón en largo desde Vargas.

El resto de los primeros 45 minutos fue del Leganés que intentó rasear el balón a pesar de las malas condiciones en las que se encuentra el terreno de juego. De una buena jugada entre líneas llegó el gol. Juli recibió entre líneas, vio el hueco y con un pase preciso dejó solo a Chupe ante Vargas. Este, a diferencia de Yannick, no falló. Fue la diferencia del partido. Antes de pasar por vestuarios le dio tiempo a Vargas a salvar a su equipo. Realizó una soberbia parada a mano cambiada a un disparo de Juli que iba a la escuadra. El portero cacereño siempre está cuando su equipo le necesita.

EMPUJE En la segunda mitad cambió el decorado. El Cacereño salió decidido a darle la vuelta al marcador y solo el infortunio le privó de ello. El equipo verde llegó una y otra vez al área rival. Sin fútbol, pero llegó. Fue a base de balones largos y en jugadas de estrategia. Marcos quería más mordiente y quitó a Palero --lateral-- para meter a Salva --delantero--. La consiguió. El equipo generó un elevado número de ocasiones, pero sin acierto. Incluso reclamó lo que pareció un claro penalti sobre Rai.

El Leganés no salía de su área, pero viendo lo que fallaban los locales pensarían que estaban a salvo. Era como si tuvieran enfrente a un asesino con balas de fogueo. La vida no corre peligro. En caso de los madrileños, lo tres puntos.

Porque es difícil que un equipo tenga tantas ocasiones claras. Remates dentro del área pequeña que siempre acababan pegando en el portero o en algún defensa. Primero, Tomás, que realizó un excelente encuentro y ha dado mucha estabilidad a la defensa, falló a poco más de un metro de la línea de gol. Salva también erró dentro del área pequeña. Y Yannick. Y Tito. Lolo casi acierta, mandó el balón al larguero. Sí, también remató dentro del área pequeña. Los dioses del fútbol se conjuraron contra el Cacereño. El balón no quiso entrar.