Para un jugador del Cáceres 2016 probablemente no hay nada peor que los viajes. La particular situación geográfica de Extremadura, sus infraestructuras disponibles y lo dispersos que están los rivales en el mapa de la LEB Oro obligan al equipo a hacer miles y miles de kilómetros cada temporada en autobús, con el previsible desgaste físico para profesionales que además sufren extra por su estatura y peso. Por eso, y aunque la empresa Gil intenta cuidar al máximo sus vehículos, algunos temían el viaje que emprenderán hoy a Girona para jugar mañana, pero tendrán un alivio gracias a la moda de los vuelos de bajo coste o low cost : cogerán un avión de Ryanair en Madrid hasta la ciudad catalana que les ahorrará muchas molestias y acortará las horas sentados.

Lo mejor para el club es que, por haberlo reservado con el suficiente tiempo de antelación, cada uno de los 16 pasajes (12 jugadores y cuatro miembros del cuerpo técnico) únicamente le costará 12 euros. Una ganga, porque además no hay que pagar el habitual sobrecargo por la facturación del equipaje, que sí se desplazará hasta Girona en el autobús que llevará previamente al equipo hasta el aeropuerto de Barajas. El Cáceres 2016 también estudió en el pasado la opción de volar desde Badajoz-Talavera, pero lo descartó al no poder asumir los precios de los billetes.

El precedente

La iniciativa ya se comprobó positiva la temporada pasada, también para llegar hasta Girona, en un partido que se saldó con victoria. "A la ida es un descanso para nosotros. Si lo hacemos es porque se cumplen tres condiciones: que es importante, que es necesario y que, sobre todo, económicamente es asequible", contó ayer el primer entrenador, Gustavo Aranzana, que confirmó que tendrá a todos disponibles. "Carlos Cherry no está ni al 50%, le falta chispa y finura, pero nos ayudará", agregó. Mejorar la calidad de los desplazamientos fue una premisa que se puso el técnico cuando llegó al equipo hace ya casi un año. Sabe que una cierta parte del rendimiento del jugador depende de que haya tenido el mejor trayecto posible. En Lleida, otro viaje como mínimo problemático, también se recurrió a la fórmula de viajar en AVE a partir de Madrid, aunque en este caso hubo que realizar un esfuerzo económico mayor. También está previsto el tren de alta velocidad cuando llegue el partido de Tarragona.

Sin embargo, para desgracia de los jugadores y técnicos, la combinación para la vuelta no es rentable --tendría que hacerse el gasto extra de una noche de hotel-- y tendrán que afrontar los 1.018 kilómetros que hay entre Girona y Cáceres en autobús. Unas 12 horas, como mínimo. Pero tocará recuperarse pronto a partir del sábado porque el miércoles hay otra vez partido, en casa frente al Obradoiro.