La Facultad de Ciencias del Deporte de Cáceres parece desierta, pero en el Laboratorio de Fisiología del Ejercicio estiran músculos Ramón Moya, Francesc Cabeza y Oscar Ruiz. Son las torres del Cáceres 2016, que tras haber sido sometidos a un electrocardiograma y a pruebas de pliegues y medidas, esperan su turno para pasar la máquina de esfuerzo.

Este ritual ya ha sido realizado por Juanmi Morales, Nando Vicario, Dani López e Iván Humanes por la mañana. La pruebas son dirigidas por Marcos Maynar, médico del club verdinegro, que atiende a las evoluciones de Moya mientras camina sobre la cinta. El pívot cambia de ritmo por indicación de Maynar que, cada dos minutos, le grita una nueva cuenta atrás. Rompe a sudar y la cinta se resiente por los 105 kilos en carrera que tiene que soportar.

Muy cerca de él, Ruiz y Cabeza estiran y le observan. Al términar Moya, le toca el turno al catalán, uno de los nuevos fichajes del club, que se interesa ante el doctor por los resultados de su compañero. "Está muy bien, ha hecho los mismo tiempos que los jugadores exteriores", le responde. "Se nota que te has entrenado este verano", felicita Maynar al pívot, mientras prepara el sistema informático que recogerá los resultados de Cabeza.

Entonces llega Kerry Blackshear y mira cómo su nuevo compañero ya suda. Ladea la cabeza y, por su gesto, no parece que esté muy convencido de querer echarse un carrerita esta tarde. Faltan por incorporarse otro americano que sustituya a Jiri Okac y Rafa Huertas, al que se espera esta noche.