Vuelve el baloncesto. Y lo hace con un partido sumamente simbólico, tras dos semanas en las que la economía ha vuelto a adueñarse de la actualidad del Cáceres. Los verdinegros reciben hoy (18.30 horas) al Granada en una cita cargada de futuro: un resultado positivo elevaría de forma considerable las expectativas de salvación deportiva en la ACB, mientras que la derrota conllevaría inevitablemente el pesimismo a todos los niveles.

Con una plantilla sin cobrar aún el mes pasado, una afición escamada por lo que pueda suceder en los despachos y ante un rival que ya derrotó a los cacereños en pretemporada, parece mentira que, por primera vez, el equipo de Manolo Hussein parta como favorito en lo que va de campaña. La victoria de hace 14 días frente al Lucentum Alicante --con aquella fabulosa exhibición de juego ofensivo a la española -- y la negativa dinámica en la que parece inmerso el Granada confieren cierto optimismo a un multiusos muy necesitado de alegrías.

POR TODO LO BAJO

Es el encuentro entre dos clubs aparentemente condenados a luchar en los bajos fondos de la clasificación. Parecen peligrosamente similares, con endeblez en el juego interior y demasiadas dudas alrededor de algunas de sus incorporaciones. Ni unos ni otros --seguramente por distintos motivos-- se han atrevido a cambiar a Bobby Martin y Jabari Smith durante el parón, aunque los andaluces llegan --aparte de con 200 hinchas, se asegura-- con la novedad de Thierry Zig, el flexible escolta francés que sustituye temporalmente al base titular, Ernesto Serrano.

De momento, el Granada sólo ha ganado un partido y la ocasión para poner dos victorias de distancia se presenta propicia, aunque similar situación se daba el año pasado y los visitantes vencieron fácilmente en una cita de negro recuerdo.

El Cáceres interioriza la angustia por la delicada situación financiera y recupera a Hurl Beechum y Vladimir Petrovic, con distintos problemas físicos durante la semana. Sin embargo, en ese puesto de alero Hussein parece haber encontrado un inesperado fichaje en un imaginario mercado invernal: Joffre Lleal Ronda, señalado ahora como particular héroe local ante las adverisidades.

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