Domingo pletórico para los fieles de la religión verdinegra. A las derrotas de Granada (su entrenador, Gómez Nieto, ha sido destituido) y Fórum, que no pudo con el Madrid, se sumó un triunfo de prestigio del Cáceres, que le permite reencontrarse consigo mismo y le deja fuera del infierno de las plazas de descenso a la LEB. Incluso, el Girona está a tiro de una victoria. El escenario cambia radicalmente.

En tiempos de crisis, el Cáceres protagonizó un ejercicio de suficiencia baloncestística ante un Caja San Fernando que no pudo con los 40 mejores minutos que se recuerdan en mucho tiempo en el multiusos. Exitos como el de ayer reivindican la continuidad del proyecto, que debería basarse en la plasmación de espectáculos como el vivido en una tarde de emociones fuertes, de notable baloncesto y de felicidad plena para una afición que se congració con los jugadores. La escena final, cuando la plantilla tuvo que volver del vestuario para ser aclamada, confirma que el Cáceres sigue vivo y que hay más de 3.000 personas que quieren seguir disfrutando con el lujo que supone la ACB.

Fue un partido, en fin, para el recuerdo. La actitud verdinegra apareció desde el inicio con varios protagonistas estelares. El primero fue Ferrán López, que dio un curso de dirección impresionante en los primeros 20 minutos, con el añadido de la anotación (15 puntos). Con él, Beechum, excelente en defensa y decisivo en ataque, y Thompson, intratable en la faceta reboteadora (18 rechaces, 12 ofensivos, al final).

PUNTERIA VISITANTE

Sólo el buen balance ofensivo del grupo de Gustavo Aranzana --terminó el primer tiempo con un 71 por ciento en porcentaje de tiro-- permitió a los visitantes equilibrar el partido. La igualdad en el electrónico fue constante y sólo al final hubo cierto dominio hispalense (40-46) a falta de un minuto. Una doble técnica recobró el equilibrio.

El Caja San Fernando, amparado en la enorme puntería de Raúl Pérez y del notable trabajo de Slater en la pintura, resistió cuanto pudo, incluso con un 48-52 a favor, pero el Cáceres estaba empeñado en dar lustre a su juego defensivo.

Apareció Joffre Lleal --otro héroe indiscutible ayer-- y el Cáceres, sólo lastrado por las decisiones erróneas de Muoneke, enfiló su objetivo con su carácter ganador. Las diferencias se fueron ampliando hasta los ocho puntos (62-54, minuto 27).

El equipo de Manolo Hussein, quien se ha ganado a pulso que no se le vuelva a cuestionar, administró sin grandes alardes su renta en el último cuarto. Un triple de Beechum a falta de un minuto (84-75) sentenció y dio paso al familiar e inconfundible Cáceres, Cáceres, Cáceres .