Ya no hay nada en juego para el Cáceres Patrimonio, salvo la profesionalidad, la honestidad y las ganas de cerrar de la mejor forma posible una temporada que salva con una buena nota. Y nada de eso es poco. Con ese espíritu inicia el conjunto verdinegro la recta final del curso, tres partidos en los que no se juega nada, pero en los que ejercerá de juez por arriba y por abajo. La primera cita es de estas últimas. Visita hoy el Cáceres al Calzados Robusta, el Clavijo de Logroño (18.30 horas), que se juega la vida, pues una derrota le llevaría prácticamente a la LEB Plata. Ha viajado el equipo de Ñete Bohigas mermado, sin Luis Parejo, aún convaleciente de sus problemas de muñeca y cadera; y con la duda de Carlos Toledo, al que una gripe le ha impedido entrenarse en los últimos días. Todos esos problemas provocan que «todo se no hace más cuesta arriba», se sincera el preparador cacereño.

«La baja de Luis Parejo es decisiva, no solo para los partidos que quedan -ya lo eché de menos contra Ourense-, sino en el día a día al tener que contar con uno menos», explica Bohigas, que además ha tenido que lidiar con la ausencia de Toledo. Vieux Kasse ha viajado a La Rioja con el resto del equipo.

«Tengo la inmensa suerte de que son todos muy profesionales», apunta el técnico sobre sus jugadores. «Estoy muy satisfecho del trabajo que han hecho y no queremos estropearlo al final», añade para dejar claro que hoy solo piensan en la victoria, aunque tanto el partido de Logroño como los otros dos serán «muy complicados» porque los tres rivales que quedan tienen «un plus de motivación».

Sin perder de vista el objetivo de la victoria -«queremos ser muy honestos con la competición»-, Bohigas reconoce que intentará que todos los jugadores sean participes del juego en los tres partidos que quedan.

En Logroño, el Calzados Robusta ha hecho un llamamiento a su afición para que llene el pabellón y les ayuden a conseguir una victoria vital que les permita seguir luchando una semanas más por la permanencia.