Eludió el Cáceres Patrimonio de la Humanidad el viernes negro que hubiese supuesto perder contra el colista de la LEB Oro. Pudo con el Río Ourense Termal (84-75) confirmando el crecimiento como equipo que ha evidenciado en las últimas semanas. Es la victoria del equilibrio (5-5), que permitirá previsiblemente acabar la jornada en zona de playoff. No está mal cuando no tienes base suplente y varios de tus jugadores han estado por debajo de lo esperado durante varias semanas.

El choque tuvo un inicio vertiginoso, con aciertos en una y otra canasta fruto de la inspiración en ataque y cierta dejadez defensiva de ambos conjuntos.

Cuando el ritmo bajó salió un poco más beneficiado, liderado por su único jugador experimentado, Héctor Manzano. Con 16-22 (min. 8), Ñete Bohigas tuvo que pedir tiempo muerto, lo que al menos frenó el flujo de puntos en una y otra canasta. Con 19-22 concluyó el cuarto.

El arranque del segundo fue malo para los intereses verdinegros. Con 24-35 (min. 14) la sangría empezaba a ser preocupante. Coincidiendo con la estancia de Guille Corrales en el banquillo, el Cáceres había perdido el profundo espíritu defensivo que le había caracterizado en los últimos encuentros. Dani Martínez no lo hace mal, pero le falta mucho para llegar a conocer el oficio de director de juego en los dos lados de la cancha.

Con 27-37 llegó lo que pareció un punto de inflexión, protagonizado por el siempre imprevisible Niko Rakocevic. Primero le pitaron una técnica a Ward, lo que espoleó al montenegrino (y a todos), que encabezó un buen parcial a base de un triple y un robo tras saque de fondo con canasta. Fue valiosísimo volver a meterse en el partido (39-41, descanso), lo que se acabaría agradeciendo muchísimo.

La ola no paró ahí. No se puede volver mejor del vestuario: con un parcial de 11-0 en apenas minuto y medio. De repente al encuentro le había cambiado completamente la cara (50-41, min. 23). Brilló entonces Warren Ward como solo él sabe hacerlo: con acciones llenas de una exquisita técnica individual. Por fin se está confirmando lo que se decía tanto en verano: esta plantilla tiene mucha calidad individual.

Con la acumulación de faltas por parte de Rakocevic y Corrales como único problema en el horizonte, la sensación era que el encuentro estaba bastante controlado cuando terminó el tercer cuarto (64-55).

Tanto fue así que la diferencia se disparó nada más empezar el último (70-55, min. 32). Sin embargo, con todo aparentemente resuelto, salió mal lo de sacar a los canteranos Edu Recio y Franco Acosta en plan premio. El Ourense llegó a ponerse a cuatro puntos (79-75) a falta de 20 segundos. Tras deshacer los cambios, el susto no llegó a más y un triple de Sergio Pérez cerró una noche feliz, en la que también resultó estimulante la buena entrada de cerca de 2.000 espectadores, sin duda la mejor de lo que va de temporada.

Antes sí que hubo un momento casi dramático cuando Rakocevic cayó desplomado al suelo, haciendo ponerse en lo peor a muchos temiendo una grave lesión, pero pudo retirarse por su propio pie. Tan buena señal como las que está ofreciendo su equipo últimamente.

CÁCERES84

OURENSE75

3Marcador por cuartos: 19-22, 39-41 (descanso), 64-55 y 84-75.

3Árbitros: Carlos García y Joaquín García.

3Pabellón: Ciudad de Cáceres.

3Espectadores: 1.800.

3Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Guille Corrales (5), Niko Rakocevic (15), Luis Parejo (12), Rolandas Jakstas (13), Robertas Grabauskas (10) --cinco inicial-- Sergio Pérez (6), Ola Keshinro (4), Warren Ward (16), Dani Martínez (3), Edu Recio (0), Franco Acosta (0).

3Rio Ourense Termal: Alberto Castillo (5), Héctor Manzano (16), Víctor Moreno (6), Reggie Johnson (15), Volodymir Orlov (5) --cinco inicial-- Verners Kohs (6), Daniel Trist (8), Abdoulaye Ndoye (10).