Como no podía ser de otra forma en un año de crisis, son los motivos económicos los que finalmente van a impedir que Cáceres opte a ser sede de la semifinal de la Copa Davis que enfrente en septiembre a los equipos de España e Israel.

El elevado coste del evento --alrededor de 1,2 millones de euros-- ha sido el que ha llevado al consistorio cacereño a tomar esta decisión. Además, ha influido la dificultad para encontrar patrocinadores privados, según confirman fuentes del ayuntamiento cacereño. "La Davis tiene sus propios patrocinadores y todos los demás quedarían relegados a un segundo plano, su impacto mediático sería mínimo", dicen esas mismas fuentes.

La alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, y el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, tuvieron una conversación sobre la posibilidad de traer a Extremadura la semifinal el pasado lunes 20 de julio, aunque los contactos no parecen haber ido a más desde entonces.

La empresa que propuso a Cáceres la posibilidad de acoger la Davis sigue manteniendo que el evento era rentable, sobre todo teniendo en cuenta que la Federación Española de Tenis había ofrecido la posibilidad de rebajar el coste inicial --1,2 millones-- en 300.000 euros. Asegura que la imagen de Cáceres 2016 se habría visto reflejada en todo el mundo y que muchos otros patrocinadores privados hubieran entrado.