La última canasta oficial que se vivió en el Multiusos se produjo el 22 de enero, una suspensión de Nikola Rakocevic que daba al Cáceres Patrimonio de la Humanidad la victoria ante el líder, el Oviedo (102-100). Tras tres partidos y miles de kilómetros de carretera para el equipo extremeño de la LEB, el baloncesto vuelve esta noche (21.00 horas) ante otro de los ‘grandes’, el Melilla.

Ganas había entre los irreductibles de la grada verdinegra, alrededor de mil esta temporada. Desde entonces, los suyos han vivido el ‘palo’ del adiós a la temporada de José Marco por una trombosis, pero también las alegrías de ganar en Prat y Castellón. Pese a la derrota de hace una semana en San Sebastián, el barco no sufre grietas y camina hacia una plácida permanencia, el objetivo de la travesía que empezó allá por septiembre.

A menudo parece que cuanto más difícil está la situación, mejor compite el grupo de un Ñete Bohigas ya resignado a no contar con un reemplazo a Marco. Si se cumple esa fórmula, hoy hará un gran partido: durante la semana el único director de juego sano, Guille Corrales, apenas ha podido entrenar por una contractura en la espalda, mientras que otras piezas importantes como Sergio Pérez, Carlos Toledo y Zygimantas Riauka han tenido que parar por distintos problemas físicos.

Para más ‘inri’, llega la que probablemente es la escuadra más en forma de la liga, el Melilla, con sus cinco victorias consecutivas y ocho en los últimos diez partidos. Como dijo Bohigas ayer, la lógica se impone al fin para una plantilla potente que vivió una primera vuelta irregular, pero que ahora por fin está dando lo esperado.

«Defensivamente ha subido muchos enteros y eso es lo que les ha hecho ahora ganar más partidos. Varios jugadores de la ‘segunda unidad’ están aportando mucho ahora y ponen muchas dificultades al rival. Si a eso se le une la calidad individual de jugadores como Oliver Arteaga, Marcos Suka, Pedro Rivero o los hermanos Almazán, pues sucede lo que está sucediendo», analizó el entrenador local.

El club de la ciudad autónoma, que ha disputado todas las ediciones de la LEB desde su creación, sigue en ella porque el pasado verano no pudo completar los requisitos de ascenso a la Liga Endesa. Fue el campeón de unos ‘playoffs’ en los que empezó eliminando al Cáceres por la vía rápida, pero enorme sufrimiento porque dos de los tres partidos del 3-0 acabaron con prórroga. Ese reencuentro es un aliciente más en un choque en el que tendrán que pagar también los abonados. El Melilla sigue siendo conceptuado como uno de los favoritos a subir. Ahora es quinto con un balance 15-9, pero a Bohigas no le extrañaría verlo acabar «primero o segundo».

En el bando local reina la calma por la clasificación (duodécimo, 11-13), aunque tampoco sería bueno que existiese un exceso de ella. «Nuestro objetivo es ahora no quedarnos sin motivaciones en las últimas jornadas. No podemos acomodarnos», argumentó el técnico local.