En el Cáceres sigue instalada la felicidad. El club extremeño de la LEB Oro volvió a la ciudad con un triunfo más, el segundo consecutivo fuera de casa: 82-86 en pista del Tau Castelló, dando la impresión de que se puede pensar en algo más que no sea la permanencia en la segunda categoría del basket nacional.

«Ha sido un partido muy duro, muy físico, con mucha exigencia emocional», destacó el entrenador, Ñete Bohigas, al final del choque, en una comparecencia ante los periodistas de pocas palabras y mucha ilusión contenida. «Me voy muy satisfecho», enfatizó, destacando el hecho de que el Cáceres hubiera podido vencer con un Rakocevic renqueante y un solo base, Guillermo Corrales, quien ya fuera también protagonista en el éxito del anterior sábado en pista del Prat.

Pero Bohigas parece tener aliados continuados en su plantilla cuando se le necesitan. Por ello, ante la escasa aportación de Rako, se encontró con los 20 puntos (5 de 5 en triples) del capitán, Luis Parejo; o el «excelente trabajo» defensivo y ofensivo de Carlos Toledo, que en Castelló dio ese salto de calidad que se le está pidiendo desde el inicio de la presente temporada. También subrayó el entrenador el trabajo de JC Fuller, un americano que al final está cuajando una campaña mejor a la que se le podía suponer dado el inicio y las dudas que despertó. Jugando como base está sobresaliendo, circunstancia indudablemente a celebrar en el Cáceres Patrimonio.

No hace falta ni que Riauka ni que Andraz Kavas sumen. De hecho no hicieron un solo punto en la noche del sábado, pero las prestaciones de Marcius y Sergio Pérez parecen aval suficiente para ganar encuentros.

El Cáceres ya se pone en el horizonte el próximo reto: ganar en pista del Gipuzkoa, al que ya se le venció en la primera vuelta. Y para entonces se supone que Rako estará recuperado. Será en San Sebastián ante uno de los ‘cocos’ de la competición y favorito para entrar en la puja por subir a la superélite. Sumar otro éxito significaría entrar de lleno en la pelea por las eliminatorias de ascenso, si es que no se ha puesto ya en valor y es palpable entre los jugadores, técnicos, directiva y la propia afición.