Ramón Calderón ha acabado su mandato en el Real Madrid emulando los pasos de su criticado Florentino Pérez, dejando la presidencia a mitad de temporada a Vicente Boluda, como en su día Fernando Martín recogió el testigo, e instalando al club en un clima de inestabilidad hasta las elecciones del verano. Calderón acaba siendo víctima de sus palabras, de promesas incumplidas.

Víctima de un joven de 25 años, Mariano Rodríguez de Barutell ´Nanín´, tan clave en su salto a la presidencia como en el fin de su mandato. Vital en la búsqueda de votos para el triunfo y en la presunta infiltración de socios no asambleístas para manipular la última Asamblea. El club más importante y laureado del universo futbolístico en manos de un, hasta ese momento, representante de discotecas.