Cuando preparamos una competición tenemos en cuenta nuestra preparación pero también la de nuestros rivales. En un deporte colectivo es importante conocer los puntos fuertes y débiles de nuestros adversarios, pero en la maratón, aunque viene bien conocer a los adversarios, lo principal es la preparación personal a nivel físico y mental.

En ocasiones, debido a las condiciones o el lugar dónde se disputará la competición, a este factor hay que añadir otros como el clima (humedad relativa, calor, frío) o la altitud sobre el nivel del mar.

Este próximo 1 de agosto, en el Campeonato de Europa de Maratón en Barcelona, a la preparación física y al resto de corredores habrá que sumar las previsibles condiciones, en dichas fechas del calendario, pleno estío, las condiciones climáticas que pueden marcar las horas de la prueba que disputará a partir de las 10.05 de la mañana. En Barcelona, teniendo en cuenta la hora de la salida del sol en esas fechas, las temperaturas medias entre las 10 y las 13 horas y la humedad de la Ciudad Condal las condiciones climáticas para la disputa de la competición pueden ser bastante duras.

¿Cómo se prepara uno para competir en dichas condiciones? Por ejemplo, para mi debut en maratón en Sevilla competimos entre 2 y 4 grados, y durante los entrenamientos de ese invierno, las ingestiones de líquidos durante los entrenamientos y la misma prueba rondaron el litro y medio. Está claro que para Barcelona habrá que aumentar dichas cantidades y practicarlo en los entrenamientos para que el organismo se acostumbre a asimilar rápidamente mayor cantidad de líquidos que ayuden a compensar la gran pérdida producida por unas condiciones extremas de calor y humedad.

Detalles, al fin y al cabo son lo que nos llevan al éxito.