Las imágenes engañan. Y algunas voces que se escuchan, también. Por más que el Bernabéu enloqueciera, por más que algunos cantaran con desenfreno la victoria ante el Sevilla, el Madrid no es el campeón. Todavía, no. Tal vez, lo acabe siendo pero le queda mucho que ganar. Igual que al Barça. La Liga sigue en sus trece, obsesionada con mantener este intenso codo a codo quizá hasta el último día, justo cuando se cumplan 13 jornadas desde ayer lunes.

Lo que sí ha habido es un cambio de ánimo. Casi justo en medio de esta recta de 13 partidos aparece el clásico. Será el sábado 10 de abril, a las 10 de la noche, con la Sexta por testigo. Hasta entonces, y pendiente de que en cualquier jornada las cosas varien, el liderato blanco es de lo más provisional. El goal average general es simplemente un sistema para poner orden a la espera de que se resuelva el particular, favorable de momento al Barça tras el 1-0 del Camp Nou cuando se produjo el adelantamiento azulgrana. Pero está por ver cómo llegan unos y otros a la cita del 10 de abril.

DUDAS, OTRA VEZ Hasta entonces, comparten un calendario similar, con un duelo por banda más comprometido que el resto. El del Barça ya está a la vista. El domingo aparece el Valencia por el Camp Nou (19.00); el del Madrid es uno de esos grandes cara a cara que engañan. El Atlético pasará por el Bernabeú en un derbi que acostumbra a no dejar ninguna herida y se resuelve en la ida y en la vuelta con el mismo resultado: en total, seis puntos blancos.

La visita del Valencia de David Villa llega en un ambiente más sensible que de costumbre. Un ambiente muy culé, siempre a punto para recuperar las dudas y ese ancestral pesimismo que ni las seis copas han enterrado para siempre. El equipo flojea, eso es incuestionable, como lo hizo hace un año antes de embalarse a por el triplete, pero a muchos les ha faltado tiempo para empezar a darlo todo por perdido. Justo al revés de lo que ocurrió el sábado en el Bernabéu donde ni siquiera con el 0-2 hubo signos de rendición en la grada.

En la del Camp Nou, ya se han escuchado pitos a dos jugadores. La primera víctima fue Chigrinskiy, que ha desaparecido del mapa totalmente. Desde aquellos silbidos (5 de enero, en la Copa ante el Sevilla) solo ha jugado 17 minutos, un signo evidente de que Guardiola no las tiene todas consigo después de haber creído ciegamente en él.

REGRESO DE KEITA La segunda víctima, mucho más reciente, fue Ibrahimovic. Tras un gran inicio, el delantero se ha ido empequeñeciendo, vada vez más distanciado del juego del equipo. Le ven mucho más los árbitros que Iniesta y Xavi. La expulsión en Almería evitará asistir al plebiscito que ya suscita su figura. Sin él, a Guardiola le corresponde trasladar sus palabras al campo y darle a Henry la posibilidad de devolverle el respeto que le demuestra cada vez que habla de él.

O también podría ser la hora de que Bojan tenga esos minutos que el técnico reconoce no haberle dado pese a merecerlo. Quien estará ya a punto será Keita, una de sus piezas preferidas.

"Estoy convencido de que ganaremos la Liga. Como barcelonista me siento orgulloso de haber dado la cara a pesar de las adversidades", declaró ayer Laporta. Guardiola, por su parte, no tuvo ni un reproche. Fiel a su estilo, sabe que no es momento para apretar las tuercas más de la cuenta y que, justo ahora, es tiempo para utilizar la mano izquierda. La semana es larga y, después, vuelve la Champions. Y ahí no hay margen de error, aunque el 1-1 de Stuttgart le deje en una posición ventajosa.

LA AMENAZA DEL LYON Al Madrid, no. Al subidón de la Liga le sigue ahora un comprometido match ball frente al Lyón, que ganó 1-0 en la ida, para salvar la barrera de los octavos. El partido llega en un ambiente de euforia por haber dado al fin caza al Barça, en un Bernabéu que se prepara para una de esas noches de remontada que cada vez quedan más perdidas en la memoria. Pero en Madrid no hay nadie que tema por un fracaso.

Ahora, se sienten invencibles y capaces de todo. En eso no se parecen en nada a la actitud de muchos culés, siempre a punto para perder la fe.