Angel Andreo, el portero español, dio con sus extraordinarias paradas la seguridad necesaria a su equipo para ganar 8-4 a Australia en un partido, en el que la selección nacional no tuvo grandes problemas para vencer y dio otro paso para entrar en las semifinales.

El encuentro era muy importante para la selección nacional de waterpolo, no sólo desde el punto de vista del resultado, sino también desde la recuperación psicológica del equipo que dirige Joan Jané tras la primera derrota, el pasado martes frente a Grecia por 8-5.

Andreo estuvo muy acertado durante la primera parte, cuando más apretaron los australianos y evitó varias veces el empate con sólo un gol arriba y en inferioridad numérica. Además, el ataque español con Salvador Gómez, Guillermo Molina y Gabriel Hernández mostró mayor acierto a la hora de rematar, marcando dos goles cada uno de ellos. El séptimo de Gómez, de gran belleza, acabó con la resistencia de los de las antípodas en el último cuarto.

España sufrió la rigurosidad arbitral con nueve expulsiones por seis de sus rivales y vio un gol anulado de Iván Pérez por fuera de juego cuando el partido aún estaba abierto.