Un campeón del mundo es un invitado de lujo en una gala local del deporte. Y honores adecuados a su ya gran carrera deportiva recibió ayer Alvaro Bautista Arce en su visita al pabellón de Navalmoral de la Mata. Este recinto fue el escenario elegido para acoger la VII Gala Municipal del Deporte que premió los méritos de este año 2006 para los deportistas moralos. Como Mejor Deportista fue galardonado el atleta Mohamed Lehbar, como Mejor Equipo el Arco Club Navalmoral y Amador González Serrano recibió el Premio a la Trayectoria Deportiva. Además se entregaron otras trece menciones especiales en distintas categorías.

Bautista se proclamó hace apenas tres meses campeón del mundo de motociclismo en la cilindrada de 125 cc. y su presencia en la Gala morala no es casual. Su carrera comenzó en el Motoclub Campo Arañuelo, porque hasta Navalmoral se vino desde su Talavera de la Reina natal en busca de apoyos. No ha pasado demasiado tiempo y, por supuesto, aún recuerda la carpa que le acompañaba a los circuitos y que lucía el nombre del Ayuntamiento de Navalmoral.

Primeros éxitos

En aquel 1999, Alvaro había dejado las minimotos para correr el campeonato de España de velocidad y sus primeros éxitos le hicieron ser protagonista en la misma gala a la que ayer asistió como invitado. Junto a Alberto López, su compañero de entonces, recibió el 21 de enero del año 2000 el premio al Mejor Deportista moralo de 1999, siendo concejal de deportes el fallecido Alvaro Lozano. La carrera de Alvaro ya despuntaba y el esfuerzo de su familia era ya muy importante cuando con apenas 14 años soñaba con ser algún día lo que ahora es: campeón del mundo. Aquella gala se celebró en otro escenario, en la Casa de la Cultura, y hubo menos público en el acto que anoche en el pabellón, pero seguro que el talaverano supo relacionar de forma adecuada su presencia en ambas citas. Ni él ni su entorno olvidan el apoyo que recibió en Navalmoral en los albores de su carrera deportiva. Ahora asume nuevos retos con su cambio a la cilindrada del cuarto de litro y su vida, ya con 22 años, ha experimentado también muchos cambios. En Navalmoral le piden, y ayer lo comprobó en persona, que guarde en su corazón un espacio para el apoyo que le dieron y le siguen dando.