ESPAÑA: Barrufet; Tomás (1), Belaustegui (3), Rodríguez (1), Alberto Entrerríos (2), Davis (7) y Uríos (7) -equipo inicial- Hombrados (ps), Garabaya (1), Garralda (-), Juancho Pérez (1), Lozano (-), Juanín(6, 3p) y Romero (6, 4p).

REPUBLICA CHECA: Stochl; Filip (8, 2p), Juricek (1), Kubes (-), Jicha (5), Nocar (3) y Hazl (-) -equipo inicial- Galia (ps), Bruna (2), Hruby (1), Vitek (-), Sobol (-), Reznicek (3) y Horak (6).

ARBITROS: Methe y Methe (Alemania).

MARCADOR CADA CINCO MINUTOS: 3-1, 8-4, 11-6, 14-10, 17-13, 19-15 (descanso) 21-17, 22-21, 25-24, 28-26, 33-27 y 35-29 (final).

España conquistó la primera plaza del grupo D y arrancará la segunda fase con dos puntos en su casillero, tras imponerse por 35-29 a la República Checa, en un encuentro que sirvió para engrandecer a un habitual secundario, como el extremo David Davis, y a toda una superestrella como Rolando Uríos.

El conjunto español pareció haber aprendido la lección del encuentro inaugural y a diferencia de lo que ocurrió con los egipcios, ayer salió a la pista "enchufado" desde un principio, especialmente en defensa.

España logró rápidamente una cómoda ventaja en el marcador --9-4 a los once minutos-- que hacía prever un cómodo partido. El cambio de defensa efectuado por los checos hizo aflorar las dudas en los jugadores de Pastor.

LOS PEORES MOMENTOS Fallos en el lanzamiento exterior, que parecieron contagiar un tanto a la defensa, que mostró numerosos problemas para detener las penetraciones del lateral izquierdo Pavel Horak y el derecho Tomás Reznicek.

La exclusión de David Davis, a los seis minutos de la reanudación, permitió a la República Checa reducir las distancias a tan sólo un gol (21-20), para acabar igualando el marcador (m.39), con un lanzamiento de Jicha desde su propia área, que sorprendió a Hombrados.

Fue entonces cuando Davis, con dos robos de balón y un preciso lanzamiento desde el exterior izquierdo, permitió pasar a la selección de un inquietante 24-24 a un 29-26, que pareció desatascar definitivamente el juego español.

Una reacción a la que se unió Uríos, con dos nuevos gol desde el pivote y un penalti, anotado por un infalible Juanín García en esta faceta, posibilitó el despegue definitivo del equipo español, que se puso (32-27) a falta de siete minutos para la conclusión. Lo peor había pasado.

Tiempo que sirvió para que el hispano-cubano demostrase que hoy por hoy es el mejor pivote ofensivo del mundo, con una exhibición de recepciones, giros y tiros que sirvieron para culminar el triunfo.