Cuatro campos de fútbol de titularidad municipal; otros tres más, también del ayuntamiento, de fútbol siete; uno privado, otro de la Junta de Extremadura y el último de la diputación provincial. Total, diez terrenos de juego en la ciudad de Cáceres, si se incluye el de la pedanía de Valdesalor o, lo que es lo mismo, un campo de fútbol por cada 10.000 habitantes.

Son las grandes-pequeñas cifras de las instalaciones futbolísticas cacereñas, sometidas ahora a debate tras la amenaza de huelga del fútbol local, que recordó ayer en este diario que, si no se cumplen las condiciones para el arreglo de distintas deficiencias, parará cualquier actividad el 1 de abril.

"Yo también reconozco que debería haber más campos de fútbol", asume Lázaro García, concejal de Deportes. "Cáceres tiene poco", dice también el director general de Deportes de la Junta, Manuel Martínez Dávila, "ya que se ha invertido escaso dinero en hacer instalaciones por parte del ayuntamiento".

El concejal insiste en su malestar con el fútbol base de Cáceres, "ya que se están arreglando las cosas", recordando, a modo de ejemplo, que el campo de Proexsa, en La Mejostilla, está a punto de inaugurarse y que las deficiencias están solventándose. Pero la crítica de la base era generalizada, dirigiéndose hacia todas las instituciones y contra la federación.

En cualquier caso, uno de los clubs firmantes del acta de amenaza, el Cacereño Atlético-Veracruz, se desmarcó ayer de la medida extrema, pese a que estaba incluida en la misma, aplaudiendo al ayuntamiento.