Sin sudor no hay gloria. Tanto en la vida como en el fútbol. Ley que aplican a rajatabla varios jugadores del Calamonte en el campo y también en el verde. Porque podría decirse que Pity, Juanfe, Villegas, Enrique y Berna pasan toda la semana en el campo. Los domingos rodeados de rivales y con una pelota de por medio. El resto de la semana, rodeados de frutales. Del campo al verde.

«Hace dos semanas estaba despiojando viñas, cuando terminé comencé con el entresaque. Nunca había hecho este trabajo, pero no es complicado y mis compañeros me han ayudado mucho. Se trata de según el tamaño de la rama del frutal, dejar más o menos fruta», resume la experiencia el rifle Enrique.

Y es que eso es el fútbol humilde. Buscarse la vida. Tanto en el verde de un campo de fútbol como en el campo, al aire libre, con el sol brillando y apretando. Sudar para lograr la gloria. De eso saben bastante los cinco magníficos del Calamonte. Y es que, como bien dice Villegas, «es lo que hay».

Si Enrique era nuevo en la oficina, Villegas ya tiene bastante experiencia. «Llevo tres años y estoy acostumbrado. En invierno toca la poda de viñas y limpia de olivos, en verano toca esto. Ya lo afronto como un entrenamiento físico más, una siesta para recuperar y ya está el cuerpo perfecto para ir a entrenar», confiesa el defensa central.

Este partido no dura noventa minutos. No. Es un poquito más largo y eso sí, no hay tiempo extra. «Bueno, pues la jornada son seis horas y media, con su descanso para el bocadillo, que es lo más importante. Y la hora de la suelta siempre puntual», explica Enrique, al que se le aprecia ya el típico y conocido ‘moreno de campo’. Estamos en la época.

Como en casa

A pesar de ser un trabajo físico y duro, la compañía hace mucho y bien. Son cinco jugadores que comparten vestuario y líneos de frutales. Como un entrenamiento más. «Pues la verdad que eso ayuda mucho, siempre estamos con tirones, bromas y demás. Se pasa la mañana volando y lo hace más llevadero», asegura Eugenio Villegas. De hecho, Enrique y Pity son pareja en su cuadrilla.

Y entre frutal y frutal, tienen tiempo para comentar cómo ha sido la temporada para un Calamonte que ha cumplido ya su objetivo: la permanencia. Y tiene a dos puntos repetir la séptima posición, obtenida en sus dos temporadas anteriores en Tercera. Deberes hechos a falta de una jornada para el final.

«La temporada ha sido buena, podríamos haber hecho un poco más, pero ya no hay marcha atrás. Personalmente, ha sido muy dura porque he estado dos meses lesionado y no he podido ayudar a mis compañeros. Además, coincidió con una mala racha y desde fuera sufría muchísimo por no poder estar ahí», relata Enrique, un habitual en el once titular.

Coincide en el análisis Villegas, que no goza de tantos minutos como el rifle, pero que rinde cada vez que sale al verde. «Somos un equipo que arriesga, hay cosas que nos han salido y otras no, se ha podido hacer mejor, pero es lo que hay. Individualmente, aunque no he tenido muchos minutos, cada vez que he jugado creo que he hecho mis deberes», confiesa el defensa central.

En el verde de un campo de fútbol no se mojan sobre quién es mejor. Pero a la hora de rajar sobre el trabajo diario, sí lo hacen. «Pity es el que mejor entresaca de la cuadrilla, y Berna es el que peor lo hace», confiesan ambos jugadores entre risas. Se guiñan el ojo y son felices. Tanto en el verde como en el campo. O viceversa.