Seis personas, ausencia del presidente, Félix Campo, lamentos y alguna que otra palabra que sonaba --solo sonaba-- a esperanza. Sobrevolando, la venta. Nada nuevo bajo la umbría habitual de la junta de accionistas del Cacereño que, como cada año, evidenció el estado catatónico en el que vive la histórica entidad. El máximo accionista oficial, Patricio Castaño --Campo delegó en él hace varios años hasta las acciones-- hizo un informe nada esperanzador, en el evidenció las quejas sobre la soledad la que vive la sociedad. "Le hemos dicho que es lo que se ha sembrado", vino a apuntar Luis Arroyo, un clásico que, al menos, vio una luz en que el equipo se refuerce. El presupuesto supera los 380.000 euros (sobre 64 millones de pesetas), de los que la primera plantilla no supera los 120.000 (20 millones). Sobre la posible venta, la clásica pregunta de Alejandro Holgado, a lo que Patricio Castaño volvió a responder algo así como: "Seguimos abiertos a ofertas".