Fabian Cancellara es algo más que el jersey amarillo del Tour. La estrella del ciclismo suizo ejerce, además de líder, como patrón absoluto del Tour y sabe mover a la perfección los hilos de la carrera, hasta el punto de que se ha ganado el título de Don , en el diario Liberation , siempre muy crítico con los entredichos de la ronda francesa.

Por ahora, nadie le osa toser al campeón olímpico y mundial de contrarreloj. Si hace un año era Lance Armstrong quien trataba que el Tour se moviera a su antojo, ahora es Cancellara quien adopta este papel de amo y señor mío de la prueba francesa.

Armstrong está más tranquilo, más sereno, más preocupado de sí mismo y no de lo que hagan los demás. Contador solo se ha puesto nervioso, de momento, en los kilómetros previos a la llegada del pavés.

La actuación de Cancellara ha sido determinante en las etapas del lunes, en Spa, y el martes en territorio de pavés. "Fabian sabía perfectamente que se había producido una caída importante y decidió frenar y limitar los ataques" Nadie osó demarrar sin el permiso del suizo. Además dijo a todos los que estaban en el primer pelotón que "la cabeza estaba neutralizada", explica un ciclista español.

Cancellara no permitió que nadie atacase en la etapa del lunes porque sus compañeros Frank y Andy Schleck eran de los más afectados en la caída multitudinaria en la que también se vieron involucrados Contador y Armstrong. El martes fue él quien abrió las hostilidades en el primer tramo francés de adoquines. No hay detalle que se le escape porque quiere llegar de amarillo a los Alpes. Cancellara es magnífico en el arte de la contrarreloj pero la alta montaña nunca ha sido un escenario en el que pueda brillar. Por ahora.

LA PREGUNTA DEL MOTOR

Dominador, entre otras lenguas, del italiano, alemán, inglés, francés y algo de castellano, no tiene problemas de comunicación con sus compañeros de pelotón. Tampoco con la prensa, aunque estos últimos meses se altera muchísimo cuando se le cuestiona sobre si utilizó o no un motor escondido en sus victorias de la Vuelta a Flandes y la París-Roubaix. Considera la pregunta como una ofensa.

Ayer, en cambio, no fue necesaria ninguna orden de Cancellara para que todos los favoritos se tomaran los 153 kilómetros entre Cambrai y Reims como una jornada de entrenamiento. Tan solo fue necesario colocarse a rueda de los gregarios y no tomar riesgos en la última fase de la etapa cuando los velocistas pasaron a la acción en el combate de la llegada masiva.

Alessandro Petacchi, 36 años, puso énfasis en el hecho de que la veteranía es un grado para anotarse la segunda victoria.

Si Petacchi fue el triunfador, Mark Cavendish se convirtió en el derrotado del día. Hace un año (seis victorias) nadie le tosió en un esprint. De momento, ya lleva dos fallos. .Ayer, al menos, no tiró a nadie al suelo.