La historia del mejor árbitro español de voleibol del momento es la historia de un hombre que ha luchado por su propia vida, al tiempo que por ser alguien importante --y útil-- para el deporte. "Lo pasé mal entonces, pero aquello lo superé y ahí estoy, disfrutando cada vez que me subo a la silla; cuando deje de tener ese sentimiento me iré". Juan Luis Galán (Cáceres, 14 de junio de 1958) encarna como nadie la superación del que ha sufrido una enfermedad terrible, un cáncer hace ocho años, pero que ahora ya casi no recuerda esos malos momentos a no ser que se le cuestione.

Galán recibirá el premio de mejor colegiado español del año en una gala de la federación española que tendrá lugar el fin de semana en el marco incomparable de la ciudad antigua de su Cáceres natal. Nunca un reconocimiento tuvo un escenario tan emotivo para él.

"Ha sido una temporada redonda", dice el colegiado, "y esto ha sido una sorpresa", enfatiza. Este funcionario de la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural ha superado ya los 150 partidos internacionales desde que a inicios de los años 90 fuera designado árbitro internacional. Aunque fuera de juez de línea, tuvo el honor de participar en los Juegos de Barcelona y ha estado en los mejores torneos nacionales y mundiales. Colegiado desde el 1973, sus orígenes como deportista se remontan a sus días de voley en el Licenciados Reunidos, como no podía ser de otra manera en este centro educativo cacereño, desde muy niño.

Juan Luis Galán se queda de toda esta experiencia de 25 años en el arbitraje "con la gente que he podido conocer". Si se le pregunta por algo negativo, casi no recuerda los insultos que ha podido recibir a lo largo de este tiempo. Por supuesto, su trasplante de médula puede ser un set más, que él ha ganado.