Real Madrid - 3: Casillas, Michel Salgado, Cannavaro, Sergio Ramos, Marcelo (Bueno, m.87), Gago, Guti, Van der Vaart (Drenthe, m.46), Robben, Higuaín y Raúl.

Sevilla - 4: Palop, Konko, Squilaci, Escudé, Fernando Navarro (Dragutinovic, m.88), Jesús Navas, Duscher, Romaric (Fazio, m.76) , Adriano (Diego Capel, m.69) Renato y Kanouté.

Goles: 0-1, m.3: Adriano. 1-1, m.19: Raúl 1-2, m.21: Romaric. 1-3, m.38: Kanouté. 2-3, m.66: Higuaín. 3-3, m.67: Gago. 3-4, m.83: Renato.

Arbitro: Bernardino González Vázquez, del colegio gallego. Mostró tarjetas amarillas a los locales Marcelo, Robben --en dos ocasiones, por lo que fue expulsado (m.77)-- y Gago; y a los sevillistas Jesús Navas, Escudé, Kanouté, Fernando Navarro y Renato.

Incidencias: 68.000 espectadores.

Sorprendió al Real Madrid y se adjudicó (3-4) un partido vistoso con el que desbancó de los puestos de Liga de Campeones a los blancos, que se han visto relegados al quinto puesto de la Primera división española.

Con las conocidas bajas de un elevado número de lesionados, Bernd Schuster pudo, al menos, recuperar a Fabio Cannavaro, Arjen Robben y Gonzalo Higuaín.

Los sevillanos también llegaron mermados al Bernabeu, donde no jugó el brasileño Luis Fabiano, sancionado tras su expulsión la pasada semana en la derrota casera ante el Barcelona (0-3), próximo rival de los merengues.

INICIO MOVIDO Nada más arrancar el partido, Robben, primero, e Higuaín, gozaron de dos oportunidades claras para abrir el marcador. Pero fue el Sevilla el que golpeó primero, al aprovechar el brasileño Adriano, en el tercer minuto, un servicio por la derecha de Jesús Navas que la defensa blanca no acertó a despejar.

Poco antes del 20 empató Raúl, que cabeceó al fondo de las mallas una falta lanzada desde la derecha por Guti.

Acción que precedió a la entrada de Marcelo sobre Jesús Navas que supuso la amarilla que impedirá al brasileño disputar el clásico ante el Barsa en el Camp Nou y el lanzamiento de una falta que --asimismo de cabeza, y de nuevo, desde la banda derecha-- remató Christian Romaric, autor del segundo tanto visitante.

Van der Vaart advirtió a Palop pasada la media hora -su disparo rozó el larguero- y le puso a prueba de nuevo en el 36, pero Abdoulay Konko, el citado Romaric, Renato y Aldo Duscher controlaban a la perfección la zona medular y, fruto de ello, llegó el tercer gol de los andaluces, de brillante ejecución por parte de Frederic Kanouté, que, habilitado ante Casillas, colocó el balón pegado a la base del poste izquierdo de la portería defendida por éste.

Lo que provocó las primeras quejas de la afición blanca, que se incrementaron cuando González Vázquez pitó el final de la primera mitad, al que se llegó tras un nuevo intento, infructuoso, de Robben, que se prodigó por ambas bandas, y un disparo lejano que salió alto de un Van der Vaart al que le falta chispa y que fue sustituido tras el descanso por Royston Drenthe.

Instantes en los que el respetable comenzó a pedir a voces la dimisión del presidente blanco, Ramón Calderón.

LOCURA El Madrid entró en un bucle y, ni Gago, ni Guti acababan de guiar a los locales con su propuesta creativa. Los de Schuster lo intentaban por la derecha, con acciones del voluntarioso Míchel Salgado y Robben. Pero el partido no se niveló hasta que, pasados los veinte minutos, en dos acciones seguidas los argentinos Higuaín --de fuerte chut-- y Gago --de cabeza-- aplacaron la ira de su afición.

El partido se rompió por completo y tanto Robben como Raúl pudieron adelantar a los capitalinos, que, una vez más, se salvaron merced a un ataque de casta, pasando de estar momentáneamente fuera de la zona Champions a poner la mira en el segundo puesto de la clasificación.

Higuaín estrelló un disparo en el larguero justo antes de la expulsión de Robben, que vio la segunda amarilla y dejó a su equipo, durante los últimos trece minutos, con un hombre menos.

Circunstancia que supo aprovechar el Sevilla con mucha sabiduría. Kanouté se adentró por la derecha y le puso un balón de oro a Renato, que cabeceó a placer el tanto de la victoria sevillista. Y los pitos sonaron de nuevo en el Santiago Bernabéu.