Me gusta leer, aunque no lo hago tanto como quisiera, en parte porque cuando un libro me atrapa soy capaz de dedicarle mucho tiempo. Por eso a veces me hago de literatura más densa de esa que hay que digerir página a página en pequeñas dosis cada noche antes de dormir.

Una de éstas es la Historia de las Matemáticas de Ian Stewart, gran divulgador científico y de esta disciplina.

Uno de los últimos capítulos nos habla del caos y la complejidad y como se ha desarrollado esta teoría, sobre todo en la parte final del siglo XX. Básicamente nos viene a decir que en sistemas complejos, como puede ser la vida o, centrándonos en el deporte, la búsqueda del máximo rendimiento deportivo, por muchas variables que controlemos existen una serie de factores que, con pequeños efectos o modificaciones en el corto plazo hacen que a largo plazo sea impredecible su evolución. Se define entonces el "horizonte de predicción" que es hasta cuando, en el tiempo, las predicciones sobre dicho sistema serán fiables.

Un ejemplo es el tiempo meteorológico. Para conocer el tiempo que va a hacer en una localidad se habla de un horizonte de predicción de tres días, a partir de ahí la situación puede variar mucho. Así en una predicción del tiempo a una semana vista los errores pueden ser grandes.

En el entrenamiento deportivo es similar. Un deportista tiene unas cualidades, sigue un entrenamiento sistemático, todo nos dice que puede alcanzar un rendimiento determinado, pero ¿hasta dónde podemos predecir la evolución? ¿Un mes, medio año, una temporada, su máximo rendimiento? Imposible.

Es algo que tendríamos que tener en cuenta, entrenadores, aficionados, directivos, políticos y, por supuesto, los mismos deportistas.