Sandro Pereira era un niño de nueve años cuando Juan Antonio Rodríguez Rodri capitaneó el ascenso del CD Badajoz a Segunda División ante el Cartagena. Quién le iba a decir al actual portador del brazalete blanquinegro, que 18 años después de aquel partido que vio desde la grada podría protagonizar un ascenso, en este caso a Segunda División B y frente al Mancha Real.
Tres días antes del 23M, coinciden el pasado y el presente del Badajoz, el capitán del ascenso de 1992 y el capitán del posible ascenso del 2010. Rodri argumenta que "nunca te olvidas de esos recuerdos maravillosos y es una experiencia que la llevas siempre contigo. Cuando veo que se puede dar una circunstancia parecida, en cierto modo envidio a los jugadores actuales del Badajoz, porque están viviendo unos momentos muy bonitos".
Grandes recuerdos
Sandro se siente "un privilegiado. Tuve la suerte de vivir el ascenso del 92 como aficionado y hoy me toca como futbolista y si Dios quiere, esperemos darle a la ciudad ese ascenso que se merece y a esa afición maravillosa que tenemos". El brazalete de capitán que lució Rodri ahora lo lleva Sandro. "Siempre soñé con eso. Gracias a Dios se ha producido y espero llevar al Badajoz donde se merece", explica.
El exdefensa cree que es el momento de relanzar al Badajoz "después de haber pasado por una etapa complicada, fundamentalmente desde el punto de vista económico. Parece que soplan nuevos vientos en ese aspecto y que este año la nueva directiva ha retomado con fuerza y ganas el proyecto de ascender al equipo y es fundamental subir a Segunda B".
Sandro asegura que los jugadores están "con una motivación impresionante" para recibir al Mancha Real el domingo a las seis de la tarde en el Nuevo Vivero, "y estamos deseando que llegue el partido para disfrutar de ese momento". Rodri cree que el 2-1 "es un resultado asequible y se puede remontar. En estas categorías, no estás acostumbrado a jugar con excesiva presión del público. El Badajoz se sentirá arropado por su afición y hay que aprovechar el factor ambiental".
