Toni Nadal ha asegurado que el tenis de Carla Suárez-Navarro es, “probablemente, el más bonito del circuito femenino”. Chris Evert ha usado el mismo adjetivo para alabar el revés a una mano de la canaria. Y han sido ese tenis no solo bello sino también maduro y efectivo y uno de eses reveses en el punto final con lo que Suárez ha sellado este lunes, el día de su 30 cumpleaños, una victoria frente a Maria Sharapova. El 6-4 y 6-3 le sitúa en cuartos de final del Abierto de Estados Unidos. En esa ronda, hasta ahora lo más lejos que ha llegado la canaria en Grand Slams, le espera la estadounidense y decimocuarta cabeza de serie Madison Keys, finalista el año pasado en Nueva York.

Sharapova llevaba hasta este lunes acumulado un récord de 23 victorias en la sesión de noche en la pista central de Flushing Meadows. Suárez-Navarro, en cambio, no había jugado nunca en la Arthur Ashe cuando ya hacen falta los focos. Pero las estadísticas no sirven de mucho, incluso a veces, afortunadamente de nada. Y ante una Sharapova errática e inconsistente, especialmente en su servicio pero también más allá, Suárez-Navarro y su juego se han elevado.

Sharapova ha cometido ocho dobles faltas y solo ha convertido el 48% de sus primeros servicios en puntos. Ha sumado 38 errores no forzados frente a los 20 de Suárez-Navarro. Y puede haber diferencia de altura (1.88 metros la rusa frente a 1.63 la española) pero no la ha habido a la hora de dar golpes ganadores (15 cada una) y la verdadera distancia ha estado en la calidad, abismalmente superior en el caso de Suárez-Navarro .

A ella, que en las tres rondas anteriores de esta edición del Abierto había necesitado jugar los tres sets y frente a Caroline García estuvo casi dos horas y media sobre la pista en otro gran partido, este lunes le han bastado 91 minutos para poner la guinda al pastel de cumpleaños. Y luego en la rueda de prensa confesaba que preferiría haberlo hecho de día y no haber jugado por la noche en una jornada tan especial, cuando es más fácil desconcentrarse con llamadas y mensajes de familia y amigos, pero sin duda la concentración no le faltó sobre la pista, donde desplegó un tenis soberbio.

Ya en otras cuatro ocasiones Suárez-Navarro había jugado en su cumpleaños en Nueva York. Dos veces antes había ganado y había perdido otras dos, frente a Serena Williams en los cuartos de 2013 y frente a Venus Williams el año pasado. Pero si en 2017 se fue a la cama "un poco triste", en este 2018 ha tenido el "cumpleaños feliz". "Soy afortunada de poder vivirlo aquí, jugando al tenis, que es lo que me gusta, y encima con una victoria, y en fecha redonda como los 30", decía radiante.

Como en las declaraciones a pie de pista tras el triunfo, en la sala de prensa reconocía que había jugado un partido “realmente bueno”. Y nada indica que vaya a ser el último. Esta Suárez-Navarro habla de que ha encontrado “un camino” con el que puede jugar mejor tenis: “ser agresiva, intentar ser sólida, concentrarme, correr y pelear” según sus palabras. Es un camino que, como han recordado Toni Nadal y Chris Evert, y como pudieron disfrutar los fans que la vieron por primera vez de noche bajo los focos y el espectáculo de Arthur Ashe, recorre con tenis bonito. Otro regalo.