El segundo puesto obtenido por Carlos Sainz (Citroen) en el Rally de Córcega no sólo le otorgó el liderato en el Mundial a falta de dos carreras, algo de lo que no disfrutaba desde hace cinco años, sino que además le permite volver a acariciar su sueño de ganar un tercer título por el que pelea desde hace 11 años.

A sus 41 años Carlos Sainz vuelve a llegar a la recta final del certamen con opciones de proclamarse campeón del mundo, algo que logró ya en 1990 y 1992, pero que desde entonces, por una razón u otra, siempre se le ha resistido. Sainz, uno de los pocos deportistas españoles siempre incrustado en la elite de su especialidad, atesora un envidiable palmarés en el que figuran dos títulos mundiales, cuatro subcampeonatos (1996, 1997, 2000 y 2002) y otros cuatro terceros puestos finales.

Además, el madrileño es, junto al escocés Colin McRae, el piloto que cuenta con el mayor número de victorias de la historia del Mundial de rallys (25) y es el conductor que más puntos ha sumado desde que en 1979 se creara el actual campeonato del mundo.

Cuando acabó la pasada temporada a Carlos Sainz se le presentó un futuro incierto debido a que la marca que defendía, Ford, prescindió de sus servicios para centrar sus esfuerzos en apoyar a los dos jóvenes pilotos de su plantilla (el estonio Markko Martin y el belga Francois Duval). Llega a la penúltima carrera del campeonato, el Rally de Cataluña, con la opción de ser, ya, campeón.